Una de las hipótesis de los investigadores es que el viernes 14 de mayo pasado Humberto Giménez fue hasta la finca de Carmensa, donde estaba el hijo del abogado, para cobrar una de las cuotas adeudadas. No se sabe qué pasó allí, pero en ese lugar Hidalgo ejecutó al hombre de 62 años de un disparo con una escopeta directamente pegada a sus costillas.
Hubo una declaración que fue clave para avanzar en la causa. Se trata de un mecánico conocido de la familia Hidalgo, quien tiene una grúa, y que fue llamado por Lucas el domingo 16 de mayo para trasladar su auto desde Carmensa hasta la finca de Punta de Agua, en San Rafael.
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El cuerpo de Humberto Giménez fue encontrado semienterrado en un campo cercano al cruce de las Rutas 143 y 190, a poco kilómetros de Punta de Agua, en San Rafael.
Mientras acomodaba el Ford Fiesta, el mecánico notó que en la parte de atrás había una especie de lona azul, pero jamás se imaginó que eso era lo que tapaba el cuerpo de un hombre. Además, declaró que el joven llevaba un pico y una pala.
Cuando llegaron a Punta de Agua, en una finca metida en el medio del campo y a 30 kilómetros de la ruta, Lucas le dijo al mecánico que tenía miedo que le robaran su auto, por lo que se quedaría allí y le pidió que lo fuera a buscar en la tarde del lunes.
El hombre contó al fiscal que cuando regresó a buscar al joven, remolcaron el auto y vio que la lona azul ya no estaba. Volvieron a Carmensa y terminó su trabajo.
El hallazgo de Giménez ocurrió días después, cuando un llamado anónimo reveló lo que había pasado. Así fue como la víctima fue encontrada enterrada en Punta de Agua, y capturaron a Lucas Hidalgo.
Los pesquisas determinaron que el Ford Fiesta no tenía ningún problema mecánico, además que había manchas de sangre en el asiento trasero. Dentro del baúl estaba la lona azul que indicó el mecánico, la cual también tenía manchas de sangre.