En noviembre de 2020, en Estados Unidos, ocurrió un crimen que conmocionó a la comunidad y captó atención nacional: John Eisenman, un hombre de 60 años en ese momento, cometió el crimen de Andrew Sorensen, de 19 años, el novio de su hija menor de edad. Pero lo justificó con un supuesto motivo válido para hacerlo.
Cometió el crimen del novio de su hija sospechando que la vendió a una red de trata
El cuerpo fue encontrado casi un año después del crimen del joven de 19 años
John Eisenman alegó que actuó en venganza porque creía que Andrew Sorensen había vendido a su hija a una red de trata de personas por 1.000 dólares.
Sin embargo, las investigaciones policiales nunca encontraron evidencia que respaldara esta acusación, convirtiendo el crimen por mano propia basada en sospechas infundadas.
El crimen en venganza
El cuerpo de Andrew Sorensen fue descubierto el 22 de octubre de 2021, casi un año después del crimen, en el maletero de un auto abandonado cerca de un parque. Estaba maniatado, tenía golpes en la cabeza con un bloque de cemento y fue apuñalado múltiples veces.
Según la confesión de John Eisenman a la policía de Estados Unidos, en octubre de 2020 supo que su hija había sido víctima de trata. Junto a la madre de la joven, viajaron a otra ciudad y la rescataron, trayéndola de regreso.
Un mes después, el hombre esperó a su yerno, lo confrontó, lo ató y lo metió en el maletero del auto. Allí lo golpeó con el bloque de cemento y lo apuñaló hasta concretar el crimen.
John Eisenman fue presentado en redes y medios como un "padre héroe" que vengaba a su hija. Se creó una campaña de crowdfunding que recaudó miles de dólares para su defensa. Sin embargo, la policía de Estados Unidos investigó exhaustivamente y concluyó que no había "hechos independientes y verificables" que implicaran a Andrew Sorensen en el caso de trata de personas.
En noviembre de 2024, ambos se declararon culpables como parte de un acuerdo. La mujer fue condenada a 8 años y medio de prisión. El autor del crimen recibió una pena de 23 años.






