Las pruebas con las que la fiscal en turno Mariana Cahiza, ahora reemplazada por el fiscal Héctor Gustavo Rosas, ordenó la detención, no son muchas. Pero hasta ahora han sido suficientes como para que el juez de Garantías, Darío Daldoso, no les concediera la libertad tal como solicitó la defensa aunque, en cierta medida las entendió lo suficientemente parciales y encontró, como medida alternativa, el beneficio de la prisión domiciliaria.
Un perro
El principal elemento que tuvo la Fiscalía para ordenar la detención de los tres hombres, se basa en el olfato de un perro. Un can especializado en encontrar cadáveres y que "tiene una efectividad del 90%", según sostuvo el abogado querellante, Juan Rossello.
Varios días después de la desaparición de Tránsito Donoso, se iniciaron los rastrillajes en su búsqueda. En ellos participó un perro de la Policía de Mendoza que, al llegar al puesto Las Cruces, lugar hacia donde supuestamente iba el jinete y en donde estaban los Sánchez y Barceló, "se puso muy nervioso, señalando un sector muy cercano a la casa", dijo Rossello. Se realizaron algunas excavaciones allí, pero no se encontró nada. "Posiblemente el cuerpo de la víctima haya quedado tendido en ese lugar", presupuso el abogado contratado por tres personas que sostienen ser sobrinos de Donoso.
Con ese indicio la fiscal Cahiza ordenó allanar, días después, el domicilio de los Sánchez, ubicado en Corralitos, Guaymallén. Allí, el mismo perro rastreador señaló, con el mismo énfasis que había tenido en la casa del puesto, una pala, una lona y una camioneta Amarok, propiedad de los Sánchez. Entonces se ordenó la detención de los tres hombres.
Personal de la Policía Científica resguardó la pala, la lona e inspeccionó detenidamente la camioneta y tomó muestras de materiales encontrados. La Justicia recibió un informe este lunes, en donde se indicaba que algunas de estas muestras tenían material del que puede determinarse el ADN y comprobar si se trata o no células del desaparecido.
Antes de ser peritadas estas muestras, la defensa debe designar un perito de control y, luego, efectuar los estudios, resultados que probablemente demoren varios días.
Para los abogados querellantes, Juan Rossello y Jorge Cantalejo, la acusación contra los detenidos debería ser la de homicidio agravado, por la participación de tres personas en el hecho y porque el lugar en el que se cometió es un descampado. Sin embargo sostuvieron que "la Fiscalía y el juez han actuado correctamente", pese a que no acordaron con la medida de prisión domiciliaria dictada este lunes.
"Hay al menos otras dos hipótesis a investigar"
Para el abogado Pablo Cazabán, defensor de los tres acusados, "nosotros somos los primeros interesados en que se hagan los cotejos de ADN y que se tenga el resultado, porque sabemos que van a ser negativos" y desvincularán a sus asistidos, porque "estoy absolutamente convencido de la inocencia de ellos".
Para el letrado, "hay una orfandad probatoria impresionante en el expediente" y la imputación que se les efectuó a sus clientes "fue muy precipitada".
Además Cazabán sostuvo que "la fiscal se ha enamorado de una hipótesis y se centró solo en ella" y remarcó que "hay al menos otras dos hipótesis que no se han investigado y al menos otros dos lugares posibles donde Tránsito Donoso Sosa podría haber ido y en donde no se lo ha buscado".
Según la defensa, un dato importante, que no había trascendido del expedientes y que juega a favor de los hoy acusados, es que nadie había denunciado la ausencia de Tránsito Donoso Sosa, hasta que los Sánchez encontraron un caballo en el puesto Las Cruces y le pidieron a un veterinario de la zona, que trabaja para el SENASA y conoce bien la región, que averiguara quién podría ser el dueño. Fue este veterinario quien dio el alerta a la policía y, desde allí, comenzó la búsqueda del jinete Donoso. "Esa no es una actitud propia de quien comete un delito", dijo Cazabán. Además indicó que "en el expediente están incorporados algunos intercambios de mensajes de Whatsapp entre mis clientes y el veterinario que certifican esto".
En definitiva, más allá de esperar los resultados de los estudios de ADN de las muestras tomadas, la defensa pedirá "una serie de medidas de pruebas y se investiguen otras dos hipótesis, que no diremos públicamente cuales son para no entorpecer la investigación".
Incluso se solicitará que se investigue a algunas otras personas, entre ellas una que "declaró en el expediente y que reconoció que tenía algún conflicto con Donoso".
Un campo de 5.700 hectáreas
El campo Las Cruces tiene 5.700 hectáreas. Allí nació Tránsito Donoso. Habría sido abandonado por su padre, un peón rural que solo lo anotó en el registro civil, y fue criado por Jacoba Pérez y Eufrasio Segundo Sosa, los dueños de Las Cruces, que lo tomaron como hijo propio pese a que ya tenían una prole abundante. Por eso Tránsito sumó el apellido Sosa al Donoso, pese a que nunca fue adoptado legalmente.
En ese campo vivió la familia. Allí falleció don Eufrasio Sosa. Un día, su viuda y sus hijos decidieron vender las 5.700 hectáreas. Al menos así lo certifica un boleto de compra venta, fechado el 10 de agosto de 1972.
La venta la hizo, como sucesores, Jacoba Pérez de Sosa, esposa de Eufrasio, y "sus hijos legítimos" (SIC) María Ilda Sosa de Mercado, Juana Sosa, Ramón Norberto Sosa, Catalina Sosa y Mariana Griselda Sosa. Algunos otros hijos no habrían firmado ese boleto. El comprador fue Luiz (con z) Fernando Sánchez, padre y abuelo de los ahora detenidos.
Toda la familia dejó el campo luego de la venta. Tránsito Donoso tenía 48 años en aquel entonces y terminó viviendo en el fondo de un terreno ubicado en la Avenida San Martín, en la villa cabecera de La Paz, lugar desde donde habría salido el 22 de diciembre pasado, ultimo día que hubo noticias de él.
Tránsito no se casó ni tuvo hijos. Apenas tuvo como sobrinos a los hijos de sus hermanos de crianza. Pero "hay algún conflicto familiar o de parentescos allí, cosa que no hace a la causa, pero que es parte del contexto del caso", dijo el abogado Pablo Cazabán.
Por esto, el defensor pedirá que, para que la querella pueda constituirse legalmente "por el momento me voy a oponer, hasta tanto no acrediten el vínculo que tienen con la víctima".
Mientras tanto, el cuerpo de Tránsito Donoso Sosa no aparece. Ya han pasado 29 días de su desaparición. Días de verano. Y si apareciera hoy, ya sería muy difícil establecer las causas y la fecha de su muerte. Queda solo una muy pequeña esperanza de que aún esté vivo, en alguna parte.