ANÁLISIS Y OPINION

Los metejones del peronismo mendocino: enamorar, llenarnos la heladera y caminar la Provincia

El peronismo de Mendoza parece regodearse en su estancamiento. En lugar de generar autocrítica insiste con apelar a encantamientos

El manual del buen peronista manda que se debe misionar políticamente "para enamorar" y para mantener en alto la idea de que "la militancia" es un mandato casi divino.

Ese libro enseña que cualquiera que pretenda ser candidato debe "caminar el territorio" de punta a punta, a fin de llevar "la palabra" y no dejar que se extienda el cuento neoliberal. Y con esa picardía sana, legada por Perón, el candidato peronista promete al votante que con el PJ en el poder tendremos la heladera llena.

Pruebas al canto: el maipucino Adolfo Bermejo anunció que se abstendrá de competir en una boleta para estas elecciones, pero aclaró que, como justicialista de ley que es, mantendrá "la convicción y la fuerza militante peronista de caminar cada rincón de mi amada Mendoza como lo hago cotidianamente, escuchando, mirando a la cara a mendocinos y mendocinas".

Pregunta: ¿en esos face to face con los mendocinos, Bermejo les explicará por qué el gobierno de Alberto Fernández y de Cristina Kirchner no ha podido sanear los números de la macroeconomía? ¿O por qué La Cámpora es la más encarnizada oposición al presidente Fernández? ¿O por qué el propio Alberto quiere terminar con 20 años de kirchnerismo?

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Alberto Fernández y Cristina Fernández el 1 de marzo, en la apertura de sesiones ordinarias del Congreso Nacional.

Alberto Fernández y Cristina Fernández el 1 de marzo, en la apertura de sesiones ordinarias del Congreso Nacional.

Forrest Gump, se necesita

Otra de las personas que fogonea en el PJ esto de las caminatas es la presidenta del peronismo de Mendoza e intendenta de Santa Rosa, Flor Destéfanis, una reina, quien apenas asumió (luego de la frustrada gestión de Anabel Fernández Sagasti) mandó a caminar la provincia a todos los que quisieran ser precandidatos a gobernador.

Sin embargo, aún no hay en el PJ caminantes de peso con chances de suceder al radical Rodolfo Suarez. Es que no es fácil conseguir un Forrest Gump mendocino que camine y corra por la causa. El liderazgo se ha tomado vacaciones en ese partido.

Otro jefe comunal kirchnerista, Fernando Ubieta, de La Paz, ha apurado a los intendentes no kirchneristas de San Rafael, Lavalle y Tunuyán (Félix, Righi y Aveiro), quienes ya no tienen posibilidades de reelección en sus comunas, para que definan si tienen intenciones de pelear por la gobernación.

Suspicaz, Ubieta se preguntó en público si esos colegas no estarían "esperando algún otro movimiento", en clara alusión a una movida de Omar De Marchi por fuera de Cambia Mendoza para candidatearse a gobernador, movida a la que podrían sumarse algunos peronistas no kirchneristas, algo que Ubieta considera "descabellado".

¿Tenés equipo ténico?

En el variado menú de consignas con las que el catecismo peronista bate el parche aparece también una supuesta ventaja del PJ con respecto a los otros partidos. Según Adolfo Bermejo ese plus radica en "los equipos técnicos del peronismo". Muchos mendocinos inquieren si se referirá los que quedaron de los gobiernos de Celso Jaque y Paco Pérez.

Cordialmente, Bermejo nos aporta claridad sobre el particular: "Desde hace más de dos años esos equipos se reúnen habitualmente y trabajan representando los distintos sectores de nuestro movimiento para formular un plan de gobierno superador en Mendoza". Los "equipos técnicos del PJ", que antes se llamaban tecnológicos, son un reparador divertimento que aparece en cada nueva etapa electoral del PJ. Pero son de mentirita.

Para algunos peronistas la situación económica a nivel nacional no es decepcionante "sino compleja". Ubieta, por ejemplo, cree que "se están encontrando pequeños equilibrios que marcan el camino".

La mano derecha

Para la senadora nacional por Mendoza Anabel Fernández Sagasti, a la que en el resto del país muy pocos vinculan como mendocina sino como "mano derecha" de la vicepresidenta Cristina Kirchner, ya no le será posible concretar uno de sus mayores deseos de vida: ser gobernadora de Mendoza antes de cumplir 40 años. El año que viene Anabel será otra señora de las cuatro décadas pero ella no será candidata en este 2023. Ya lo fue en 2019 y perdió contra Rodolfo Suarez.

Aunque la memoria suele ser esquiva, muchos recordarán que fue una de las candidatas que en 2019 prometió que el Frente de Todos iba a poner más pesitos en los bolsillos de los argentinos y víveres en las heladeras de éstos.

Anabel es otra de las que está convencida de que tarde o temprano el peronismo volverá a enamorar a los mendocinos. Durante su mandato en el PJ local se cansó de hacer actos bajo el concepto de "Peronismo Futuro", alero bajo el que también se cobijó el titular de los senadores peronistas de Mendoza, Lucas Ilardo, quien le hizo otro agregado: "Peronismo Inevitable"

Ilardo, activo legislador y standapero, está convencido de que los mendocinos están ganados por una serie de ridículos mitos que es necesario desterrar. Uno de esos mitos es el que le ha hecho creer a la ciudadanía provincial que los radicales son más ordenados a la hora de manejar los dineros del Estado.

Redondeá, che

A ver si podemos sintetizar: no está mal querer enamorar, ni tampoco caminar la provincia para hablar con los ciudadanos y recibir sus sugerencias. No está mal tener equipos técnicos. No está mal ser militante. Lo que no está bien es creer que sólo con esas cosas, con esa mística epopéyica y grandilocuente, vamos a bajar la inflación, mejorar los números de la macroeconomía, o generar empleo genuino.

En ese sentido el peronismo (particularmente la versión kirchnerista) se está debiendo una fuerte autocrítca. Hace más de diez años que la Argentina no crece. Y la pobreza sigue afectando a más del 40% de los argentinos. Esto no lo arreglamos con enamoramientos, ni con caminatas en las que salgamos al encuentro de todas y todos. Menos "para mirarlos a los ojos y explicarles el país que queremos", como sugiere el bueno de Ubieta.

El país que queremos es uno con políticos serios, estudiosos, que interpreten el mundo actual, que moderen la soberbia ideológica, que respeten la iniciativa privada y no vivan combatiéndola, que logren presupuestos sin déficit, que achiquen el Estado no para quitarle el poder de árbitro y de promotor, sino para hacerlo más eficiente y justo.

Un Estado con una inteligente mirada social, pero que no viva inventando impuestos para emparchar sus desajustes, muchos de los cuales son el resultado de políticas desaforadamente populistas, ésas con las que nos quieren encantar mientras "nos caminan".

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