ANÁLISIS y OPINIÓN

Interna picante: a Cornejo se le complica un acuerdo con Milei; Cobos y Sanz lo rechazan

Mendoza es una isla radical potente y poderosa pero ni el más osado cree que el partido de gobierno debería relajarse frente a los desafíos electorales por venir

¿Qué pasaría si el radicalismo mendocino se rompe como en el 2007? La respuesta más simple es que beneficiaría directamente a cualquiera que se le ponga enfrente al oficialismo cornejista en la contienda electoral.

El recuerdo más fresco de esa aventura fue en 2007, cuando Cristina, Cobos y vos fueron furor en el país pero “perdieron” en Mendoza porque una parte del radicalismo “ortodoxo” menduco, entre los que estaban Roberto Iglesias y Ernesto Sanz –se acompañaron mutuamente en una fórmula para gobernador y vice— fue separada de la fórmula que apoyaba al peronismo K gobernante en el país, entre los que se encontraban Alfredo Cornejo -como candidato a intendente de Godoy Cruz- y César Biffi encabezando la fórmula para la gobernación que finalmente perdió contra el peronista Celso Jaque.

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Cobos, Cristina y Néstor. Argentina, 2007.

Cobos, Cristina y Néstor. Argentina, 2007.

Matemática electoral pura y dura

Por magra que pueda ser la cosecha electoral de quienes deciden partir, puede ser de un impacto letal sobre el oficialismo mendocino. Quizás en 2025 ese impacto se note menos que en 2027 donde un error de cálculo los expondría, sin más, a perder la provincia.

Ahí, quien esté mejor posicionado como “segundo” podría quedarse con Mendoza, una de las joyas de la abuela de la política argentina y objeto de deseo de presidentes tomadores de vino tinto o no.

El Presidente que tenemos ahora parece que es abstemio o que no ha comprendido aún el poder del vino para pensar estrategias políticas, pero igual desea tener poder en Mendoza, la quinta provincia del país en peso demográfico, electoral y económico.

Por eso es muy importante para el oficialismo, si quisiera continuar la hegemonía en Mendoza, mantener los acuerdos internos y frentistas en la coalición de gobierno. Nada debería quedar desatado y la ruptura –sobre todo de los boinas blancas, porque el resto de los partidos que conforman la alianza Cambia Mendoza son insignificantes electoralmente— podría ser fatal.

El Ernesto y El Julio

Ernesto Sanz tenía varios años como dirigente político mendocino cuando saltó a la fama nacional en 2015 siendo bautizado como “el arquitecto de Cambiemos”. El sanrafaelino nacido y criado, para ese año ya había sido senador provincial, intendente de su departamento sureño y por más de una década senador de la Nación.

Representó al radicalismo en la interna del acuerdo entre la UCR, el PRO y la Coalición Cívica como precandidato a presidente y perdió a manos de Mauricio Macri quien lo entronizó como uno de sus principales asesores cuando el ex presidente de Boca Juniors llegó a la presidencia del país.

Sanz conduce un nada despreciable número de dirigentes en la provincia, también tiene legisladores y concejales muy cercanos. Y algunos funcionarios de Cornejo le responden.

El ex senador no ve con buenos ojos un acuerdo con Javier Milei y es categórico al afirmarlo: “No creo en ningún tipo de alianza con La Libertad Avanza en Mendoza”, aunque se reconoce un “pragmático de la política: si el gobernador ve que eso (no aliarse) puede poner en riesgo la gobernabilidad de la provincia, estaría dispuesto a aceptarlo”, se resigna.

Sanz no ahorra críticas al Presidente con quien es muy duro: “Quiere tener una justicia adicta y servicios de inteligencia al servicio de las cosas malas”, lanza. Para él, “la Argentina que va a dejar (Milei) es peor”.

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El radical sanrafaelino Ernesto Sanz.

El radical sanrafaelino Ernesto Sanz.

El caso de Julio Cobos es similar: fuerte ascendiente en muchos radicales mendocinos y legisladores que le responden, además de referentes ubicados en lugares de poder en la estructura partidaria.

Para el ex vicepresidente, un acuerdo con Milei es “poco probable”. Puntualizó que “en temas como educación o el rol del Estado, tenemos grandes diferencias”. Respecto de la “conveniencia electoral regional” sostuvo que “el mensaje que dio el Presidente hacia el PRO fue claro, no quiere un acuerdo por distrito sino que debe ser nacional y la verdad es que al radicalismo convergiendo en un acuerdo con La Libertad Avanza lo veo directamente imposible”, sentenció.

Mendoza en el mapa general

Sólo Chaco, de entre las provincias gobernadas por radicales, pone en juego senadores el próximo año, lo cual es una buena noticia ya que podría quedarse con dos senadores en esa provincia, pero también una mala porque los otros distritos que renuevan difícilmente le sumen senadores al magro bloque de 13 radicales en el Senado de la Nación.

La UCR pone cuatro bancas en juego que difícilmente logre contener, con lo que su panorama se complica en el rol de opositor, desdibujándose frente a la creciente Libertad Avanza, con la que muchos referentes radicales coquetean, y la fortaleza del PRO en algunos de los distritos que sí elegirán senadores como Ciudad de Buenos Aires y Entre Ríos, distritos que gobierna el partido de Macri.

Neuquén, Río Negro, Salta, Santiago del Estero y Tierra del Fuego también renuevan senadores y en ninguna el radicalismo es hoy fuerte –paradoja incluida porque tanto el gobernador santiagueño como el fueguino eran afiliados radicales pero hoy hacen la suya más cerca del pero-kirchnerismo- lo que es casi lo mismo a decir que la UCR tiene muy pocas chances de mojar en esos distritos, salvo algún milagro.

Mendoza es una isla radical potente y poderosa, pero ni el más osado cree que el partido de gobierno debería relajarse frente a los desafíos electorales por venir. Cornejo hace la suya y casi ni se habla con el jefe de la UCR nacional el porteño Martín Lousteau, quien acaba de expulsar del partido a los denominados “radicales con peluca” por apoyar a Milei en Diputados, algo que disgustó al gobernador y lo hizo saber en sus propias redes sociales y en las de su tropa legislativa.