Análisis y opinión

A una semana de las PASO hay poca expectativa en la población y las campañas no ayudan

Los cornejistas están confiados, De Marchi se ilusiona y los peronistas libran su propia batalla. Se observa escaso interés de la gente por los comicios y las campañas fallidas poco han contribuido a aumentar el interés

La masa de indecisos confunde a los encuestadores. Existe un componente de incredulidad, escepticismo, confusión y, en ciertos casos, bronca, lo que hace complejo hacer proyecciones certeras que anticipen el resultado electoral con cierta precisión.

Es común cruzarse con gente que ignora qué se vota, quiénes son los candidatos y a qué sector representan. Sucede incluso hasta con los más famosos. Quién va con quién, cómo son los acuerdos y qué proponen, forman parte de las dudas a escasos días de las elecciones.

Las primarias son un primer round para depurar la grilla de partida, así los electores verán más claras las opciones. También los encuestadores tendrán mayores facilidades para sondear la opinión pública.

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Salvo para los militantes que están comprometidos con las campañas, y más aún cuando están librando una interna, la sociedad en general se encuentra fuera de todo dramatismo respecto de lo que se decide el domingo 11 de junio.

Además, el calendario electoral es largo y, como viene el escenario de tres porciones a nivel nacional, es probable que concluya recién en una segunda vuelta el 19 de noviembre.

La multiplicidad de medios, redes y canales, con su incesante repiqueteo de mensajes dispersos, poco contribuyen a la información que necesita el votante.

Tampoco las campañas ayudan a despertar el interés o a estimular expectativas de que las cosas pueden ir mejor, mientras las agrupaciones y candidatos emergentes están perdiendo la oportunidad de mostrarse como alternativas proactivas, capaces de ofrecer proyectos superadores.

El teorema de Baglini

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"El grado de responsabilidad de las propuestas es directamente proporcional a sus posibilidades de acceder al poder". El famoso teorema de Raúl Baglini sigue vigente.

"El grado de responsabilidad de las propuestas es directamente proporcional a sus posibilidades de acceder al poder". El famoso teorema de Raúl Baglini sigue vigente.

"El grado de responsabilidad de las propuestas es directamente proporcional a sus posibilidades de acceder al poder", decía el recordado dirigente radical, Raúl Baglini. Es la impresión que están dejando los que hacen promesas rimbombantes sin explicar cómo harán para financiar tales proyectos. O los que proponen bajar los impuestos pero al mismo tiempo aumentar la inversión pública sin precisar las fuentes alternativas. El remanido recurso de apelar al controvertido item aula como eje de discusión da cuenta de la carencia de propuestas con gancho.

Quizás por tratarse de una mera primaria, los competidores busquen guardarse las mejores estrategias e ideas para más adelante, pero tampoco se observa que los sectores que tienen competencias internas le estén hablando con claridad a sus potenciales votantes.

Por otro lado, las chicanas y descalificaciones típicas de estos tiempos embarran no sólo a los destinatarios si no a todos por igual. Mientras, la población no necesita que le expliquen cuáles son sus problemas, sino que los postulantes sean convincentes en el sentido de que son capaces de brindar soluciones.

Se supone que las elecciones desdobladas propician una mayor concentración en la problemática local. Sin embargo, en este caso la situación nacional está todo el tiempo presente, si bien el calendario electoral propio evita el efecto arrastre lógico de la categoría presidencial.

En tanto, el gobierno provincial sigue eligiendo como estrategia el mostrarse distinto de la gestión de Alberto y Cristina, y no evita confrontar, al punto de que hizo una presentación administrativa formal por la discriminación nacional y una denuncia judicial a raíz del cepo al dólar que desde hace unos días alcanza a las provincias.

En la misma línea, Alfredo Cornejo, evita mencionar a sus adversarios locales, mientras se está moviendo en el plano político presentando iniciativas en el Senado y proyectando la continuidad de la gestión hacia un nuevo período de gobierno, sin ofrecer propuestas disruptivas.

Contrariamente, Omar De Marchi ha elegido solapar los ejes fuertes en los que ha venido trabajando desde hace tiempo con la Fundación Pensar, para abocarse a la pelea franca con el gobierno provincial y en particular a la búsqueda del cuerpo a cuerpo con Cornejo, su mayor rival.

Por su parte, en el peronismo hay conciencia de su propia crisis, y mientras se disputa internamente quién representará a todo el arco en las generales, el sector cristinista ha salido a advertir a sus dirigentes por las tentaciones de fuga hacia el demarchismo.

La de mínima para el PJ sería conservar los territorios que están gestionando, por lo que simbolizan de cara a las generales, y la de máxima entrar segundos para no verse superados en el podio por La Unión Mendocina.

En cuanto al resto de las agrupaciones menos visibilizadas, deben apelar no solamente al núcleo duro de sus seguidores para poder lograr las mejores performances posibles, además de asegurarse el piso del tres por ciento para seguir en carrera.

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La Bolet Única será otro desafío para los votantes.

La Bolet Única será otro desafío para los votantes.

El objetivo de todos los competidores es mostrarse como favorecidos por las urnas para generar expectativas y así arrastrar votantes hacia las próximas contiendas. El voto útil, el voto estratégico, el voto anti y el voto pro, empiezan a reordenarse después de las PASO mediante una serie de especulaciones electorales. Pero el punto de partida estará condicionado por los resultados del domingo. Y eso los estrategas lo tienen claro, conscientes de que esa foto dice mucho más que una mera competencia de internas.

La otra batalla que dará que hablar es la de Las Heras. Por todo lo que significa políticamente, más los enconos personales que se han ido agudizando desde que Daniel Orozco se integró a la fórmula de Omar De Marchi. El resultado del departamento será uno de los títulos más destacados del domingo. Lo mismo ocurrirá si otro territorio cambiase de color político, aunque se trate sólo de una primaria provincial que lógicamente provoca un arrastre desde la categoría de gobernador.

En lo que respecta a Luján -donde Cambia Mendoza a través de su crédito, Natalio Mema, también ha puesto la mira-, De Marchi se muestra aferrado a la gestión de Sebastián Bragagnolo y a la continuidad que puede darle Esteban Allasino. Confianza es lo que le sobra al observar sus propias encuestas.

Restan pocos días para las definiciones y las cartas parecen estar echadas. En el cornejismo aseguran que tienen un piso alto y, sumando los votos que pueda aportar el espacio que representa Luis Petri, calculan que obtendrán un buen triunfo. Sí están expectantes en cuanto a si la diferencia será categórica respecto del segundo. Pero también muestran su clara preferencia por el peronismo para ese lugar, porque así podrán seguir contrastando la gestión provincial con la nacional, con lo cual calculan que pueden sacar mayor provecho de la polarización.

Contrariamente, en el oficialismo especulan que, tanto como candidato como por los sectores que puede representar, De Marchi es un rival más complejo que el eventual postulante del peronismo que siga en carrera.

En las huestes demarchistas, en tanto, están esperanzados en salir parejos con el oficialismo para dar el salto en las generales, teniendo en cuenta el deseo de cambio que expresa la mayoría de la población.

Por su parte, el peronismo entiende que abarca una plataforma amplia para dar pelea más adelante, pero primero debe medir fuerzas hacia adentro y ordenar la interna, como paso necesario para las batallas mayores que se avecinan.

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