De la nieve al tenis

Jannik Sinner, el chico del esquí que terminó conquistando el tenis

El número dos del mundo volvió al mundo del esquí para una campaña de Gucci y eso reavivó una historia que pocos conocen

Ver a Jannik Sinner en la nieve no es ninguna rareza. Antes de ser una estrella del tenis mundial, el italiano nacido en San Cándido —en pleno corazón de los Dolomitas— era un chico de montaña. Se subió a los esquíes a los tres años, y a los ocho ya era campeón nacional de slalom gigante. Su vida giraba en torno a la nieve: sus padres trabajaban en un hotel de montaña y él se pasaba los días en las pistas.

Durante su infancia compitió en los torneos más importantes de Italia, sumando títulos y medallas que lo apuntaban como una promesa del esquí alpino. Pero a los 13 años tomó una decisión que cambió todo: dejar las montañas para probar suerte con el tenis. “En el tenis podés cometer errores y aun así ganar. En el esquí, si te equivocás una vez, se terminó la carrera”, contó en una entrevista de Vogue.

Embed - EurosportDE on Instagram: "Fußball, Skifahren, Tennis - wusstet ihr, dass sich Jannik Sinner lange gar nicht für einen Sport entscheiden konnte? Heute steht der Südtiroler ab 9:15 Uhr im Finale der Australian Open gegen Daniil Medvedev! @tennislegend —— Alle Spiele der Australian Open im Livestream und auf Abruf bei discovery+ —— #tennis #sinner #janniksinner #ausopen #australianopen #ski #skifahren"
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El cambio no fue fácil, pero la disciplina y la cabeza que desarrolló en la nieve lo llevaron a avanzar rapidísimo. A los 16 ya era profesional, y unos años después empezó a codearse con los mejores del mundo. Mucho de lo que hoy se ve en su juego —la coordinación, el equilibrio y los reflejos— viene directamente de sus días sobre los esquíes. “En el esquí aprendí a no dudar, a confiar en mis movimientos y a seguir adelante”, dijo alguna vez, dejando claro que esa mentalidad lo acompaña en cada punto.

Hoy, con 24 años, Sinner sigue manteniendo una relación especial con la montaña. Cada vez que puede vuelve para disfrutar de la nieve, aunque ya no como competidor. Y si bien el tenis terminó siendo su destino, nunca dejó de verse como ese chico que creció entre el frío, el silencio y las pendientes.

Ahora, con la campaña de Gucci Altitude, Sinner volvió a su hábitat natural. Los videos lo muestran bajando la montaña con la misma precisión con la que golpea una pelota en un Grand Slam. Un viaje al pasado: el reencuentro de un chico de los Dolomitas con la nieve que lo vio crecer.

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