El gobierno de Donald Trump planea establecer un límite máximo de 7.500 refugiados para el año fiscal 2026, una cifra que representaría el nivel más bajo en la historia moderna de Estados Unidos. El nuevo tope forma parte de un plan más amplio para restringir el ingreso de solicitantes de asilo y priorizar determinados perfiles migratorios.
Trump busca imponer un nuevo límite récord de refugiados en Estados Unidos
El gobierno de Donald Trump evalúa fijar un tope histórico de 7.500 refugiados para el año fiscal 2026. Organizaciones humanitarias alertan sobre el impacto
La administración busca “enfocar los recursos en personas provenientes de regiones consideradas estratégicamente aliadas”, entre ellas Europa del Este y Sudáfrica, mientras que reduciría drásticamente las admisiones desde América Latina, Medio Oriente y África.
Un cambio drástico frente a políticas anteriores
Durante el gobierno de Joe Biden, el cupo anual de refugiados se había mantenido en 125.000, con especial atención a crisis humanitarias en Centroamérica, Haití y Venezuela. El giro anunciado por Trump implicaría un recorte del 94% respecto de esa cifra.
De concretarse, miles de familias latinoamericanas y caribeñas que huyen de la violencia o la pobreza verían prácticamente cerrado el camino del reasentamiento legal en Estados Unidos, uno de los pocos mecanismos que les permite ingresar de forma regular y segura.
En la Asamblea General de las Naciones Unidas celebrado la semana pasada, Donald Trump instó a otras naciones a unirse a una campaña mundial para reducir las protecciones de asilo, un cambio importante que buscaría remodelar el marco posterior a la Segunda Guerra Mundial en torno a la migración humanitaria.
Reacciones y críticas a la medida de Donald Trump
Diversas organizaciones humanitarias expresaron su preocupación. “Este recorte no solo contradice los compromisos internacionales de Estados Unidos, sino que deja a comunidades enteras sin protección”, señaló en un comunicado Refugee Council USA.
Desde Human Rights First, advirtieron que la medida “podría incentivar rutas peligrosas de migración irregular” y aumentar la presión en las fronteras del sur, especialmente entre México y Estados Unidos.
Para los países latinoamericanos, incluida Argentina, que colabora en programas de reasentamiento junto con la ONU, el nuevo límite también supondría un cambio de escenario. “La política estadounidense tiene un efecto dominó en toda la región: menos cupos allí significa más presión sobre los sistemas de refugio locales”, explicó una fuente del ACNUR consultada por medios brasileños.
Lo que viene
El anuncio formal se espera para las próximas semanas, cuando el Departamento de Estado publique la propuesta en el Registro Federal. Si se aprueba, el nuevo límite de 7.500 refugiados entraría en vigor el 1 de octubre de 2025, al inicio del año fiscal 2026.
Las organizaciones de derechos humanos y las comunidades migrantes en Estados Unidos preparan una campaña legal y política para intentar frenar la medida.
Fuente: Reuters.




