Un pastor evangélico fue condenado a prisión perpetua a un pastor que le cortó las manos con un machete a un hombre hallado en el predio de su iglesia. Este suceso que provocó indignación en la comunidad expone la práctica de justicia por mano propia y desató un aluvión de críticas por la brutalidad del ataque.
El sangriento episodio ocurrió en una iglesia evangélica de la localidad de Vosman, en Sudáfrica y el hombre que sufrió el ataque logró sobrevivir a pesar de la gran cantidad de sangre que perdió en la criminal práctica.
Durante el juicio al pastor y a otros familiares del religioso, un testigo dijo que escuchó a la víctima suplicando “Por favor, déjame una mano”, pero el pastor le replicó “¡Los soldados mueren en la guerra!” e inmediatamente le amputó ambas manos.
En la audiencia del eMalahleni Regional Court, la parte acusatoria mostró el machete encontrado en el lugar y se describió la escena como un acto deliberado y de extrema crueldad. Allí se ventiló que que el joven fue atrapado por feligreses de la Iglesia Soteria Minstries, quienes siguieron la orden del pastor Solomon Mhlanga, de 58 años.
El tribunal decidió finalmente condenar a prisión perpetua al pastor y a su hijo, mientras que la esposa del religioso fue condenada a tres años de cárcel por secuestro. El magistrado JJ. Combrink declaró: “No hubo piedad y cuando Mahalngu intentó subirse a la camioneta, le dijeron que se bajara porque estaba sangrando sobre ella”.
Dumisani Mahlangu, el hombre "castigado", sobrevivió milagrosamente pese a la pérdida masiva de sangre y fue hospitalizado de urgencia, donde fue necesario aplicarle seis unidades de sangre para lograr estabilizarlo.
El hombre, en medio del inmenso dolor causado, comentó que “mis manos en el suelo seguían retorciéndose. Fue el peor dolor que he sentido en mi vida”, y mostró al tribunal los muñones que le quedaron tras la mutilación.
Al abandonar el hospital, Mahlangu reconoció que había cometido robos en otras ocasiones, pero negó haber atacado la iglesia el día que fue encontrado por el pastor.
También apesadumbrado por lo ocurrido, su padre Johannes, expresó: “¿Cómo pudo un pastor hacerle esto a mi hijo? ¿No se supone que predica la paz?”, y se pregundó, para contra luego que ahora debe ayudarlo a comer, lavarlo y acompañarlo al baño porque quedó totalmente dependiente.
Organizaciones civiles que se ocupan de estas situaciones de maltrato, advirtieron que en Sudáfrica se registran más de 2.500 muertes anuales por justicia por mano propia, un fenómeno que las autoridades sudafricanas intentan frenar sin éxito desde hace mucho tiempo.






