¿Quién fue realmente Frank Sheeran? ¿Fue el temible asesino a sueldo que pintan en "El Irlandés", la mega producción de Netflix y ultrapremiada con los grandes actores de la historia del cine mafioso? ¿O fue simplemente un sindicalista que vio cosas raras, estuvo metido en actividades ilícitas pero nunca en asesinatos ni "pintando casas"?
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He ahí la cuestión. La película, buena por cierto y con notables actuaciones de Robert De Niro (Sheeran), Al Pacino (Jimmy Hoffa) y Joe Pesci (Russell Bufalino) y una notable dirección de Martin Scorsese aunque con demasiado CGI (esta es su mayor crítica), bien podría ser una historia real o la más grande de las ficciones.
Es que durante investigaciones formales, jamás se lo tuvo en la mira Sheeran como asesino de Hoffa ni como asesino siquiera ni como sospechoso en prácticamente nada, sólo delitos como estafas, fraudes y demás cosas "menores" trabajando para Bufalino (en comparación con un asesinato) que sí lo llevaron a la cárcel por largo tiempo.
Sin embargo, tanto en el libro "Escuché que pintas casas" (de Charles Brandt) como en la película de Netflix (que se basó en el libro) se lo muestran hasta involucrado prácticamente en el asesinato del presidente JFK, en 1963; en el caso de Bahía de Cochinos (exiliados cubanos invandiendo Cuba en 1961 con apoyo estadounidense), en la muerte de Hoffa (el sindicalista líder del Teamster, la hermandad internacional de camioneros que agrupa a canadienses y estadounidenses) y en un sinfín de asesinatos como el del también mafioso "Crazy Joe" Gallo.
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Es más, artículos estadounidenses y diferentes periodistas e investigadores, particulares y oficiales, desacreditaron por completo hasta la mismísima frase utilizada para la portada del libro, frase que supuestamente utilizó Hoffa en una conversación con Sheeran para preguntarle si "pintaba casas" (supuesto código mafioso para decir que asesinaban personas por encargo; la pintura era la sangre). De hecho no hay una sola mención en una búsqueda rápida en internet que no sea de la película en referencia al libro desde que anunció que se estaba filmando.
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¿Fue real todo lo que contó Sheeran a Brandt? ¿O fueron los delirios de un hombre que pasaba los 80 con poca atención de su familia que estaba en un asilo para ancianos y necesitaba compañía?
Saquen sus propias conclusiones tras esta nota. Un alerta de spoiler es necesario a esta altura.
El libro que inspiró la película
Charles Brandt es el autor del libro "Escuché que pintas casas: Frank The Irishman Sheeran, cerrando el caso de Jimmy Hoffa".
Según el autor, un abogado, ex investigador y exfiscal de homicidios, es un libro de no ficción y narra la historia de Frank Sheeran, "el Irlandés". El libro cuenta la vida de este sujeto, amigo personal, mano derecha y supuesto asesino confeso de Hoffa. Brandt fue su abogado y lo ayudó a salir de la cárcel aduciendo problemas de salud.
El presunto asesino a sueldo de la mafia que confiesa los crímenes que cometió trabajando para la familia criminal de Bufalino es la inspiración también para la película "El Irlandés", dirigida por Martín Scorsese.
Las supuestas confesiones de Sheeran de matar a Jimmy Hoffa y Joe Gallo han sido desacreditadas por "The Lies of the Irishman", un artículo online de Bill Tonelli, y "Jimmy Hoffa y 'The Irishman': A True Crime Story?" por el profesor de Harvard Jack Goldsmith, que apareció en The New York Review of Books. El editor del libro escribió una respuesta detallada a la pieza de Bill Tonelli que publicó el mismo sitio, detalla Wikipedia.
Según ese libro, él fue el encargado, junto con otras dos personas, de recoger al sindicalista para, en principio, llevarlo a la reunión con la mafia, relata el libro. En un intento de prevenir a Hoffa de que algo no iba bien, tal y como cuenta el libro, El Irlandés se sentó en el asiento del auto que solía ocupar el líder sindical. Sin embargo, esto no fue suficiente; Hoffa no se percató de la señal de peligro y se subió en el auto, convencido de que se dirigía a la reunión. Supuestamente lo mataron por lo que sabía sobre la mafia de Las Vegas, según algunas investigaciones del FBI.
Frank Sheeran supo entonces que se encontraba entre la espada y la pared: no rematar el trabajo suponía desobedecer a los jefes de la mafia, y ese no era un escenario en el que le hubiera gustado estar. Así que llegaron a una casa vacía, se quedó detrás de su amigo y le disparó dos veces en la cabeza a quemarropa cuando vio que era una trampa, según ese libro.
El hijo de Hoffa y actual líder de la Hermandad internacional de camioneros contó en una ocasión que su padre estaba algo inquieto por el modo en que lo habían citado, pero confiaba en Sheeran. Pero según cita Brandt a Sheeran (ya fallecido), “si no lo hubieran matado a Hoffa se habría pegado un tiro a sí mismo, no tenía escapatoria”.
Sheeran le explicó al autor del libro que la mafia estaba molesta porque Hoffa no había mostrado toda la gratitud que ellos creían que les debía en Dallas. “Me di cuenta entonces de que se estaba refiriendo al asesinato de John Fitzgerald Kennedy”, afirmó el autor del libro. Siempre se ha sospechado que Lee Harvey Oswald, el único detenido por el asesinato del presidente de Estados Unidos en Dallas en 1963, no trabajaba solo, y también de que la mafia había estado detrás. Así que Brandt le preguntó por ello. En ese momento el rostro del asesino confeso de Hoffa se volvió “de piedra”, sacudió las manos y dijo: “Yo no quiero saber nada de Dallas”. Según la línea de esta teoría, sólo la mafia se encargó del asesinato de Kennedy como "un favor" a Hoffa y luego "se cargó" al sindicalista también.
Al exabogado le pareció clara la relación, también por las circunstancias de la muerte del propio Oswald que, tres días después y cuando los rumores de su puesta en libertad se agudizaban, fue asesinado por Jack Ruby, personaje de la noche de Dallas relacionado con el crimen organizado.
La teoría que plantea este libro sobre qué fue del destino del cuerpo de Hoffa (puesto en un baúl y vendido como chatarra compactada a Japón) casi coincide con la de otro asesino confeso, "Iceman" que habla de que el cuerpo fue incinerado, compactado en un auto y vendido como chatarra a Japón. Aunque no de la misma manera.
Casi treinta años después, supuestamente El Irlandés resolvió el misterio del lugar del crimen. Según el libro, supuestamente condujo al FBI al lugar en que mataron al líder sindical y las autoridades en teoría lo pudieron corroborar al encontrar restos de sangre en la entrada, el vestíbulo y el pasillo, hasta la cocina, donde le envolvieron en plástico para llevarlo a una empresa de incineración que tenía lazos con la mafia. Pero el FBI nunca ha dicho nada al respecto ni siquiera hay agentes de esa agencia que lo corroboraran en las notas que
Sheeran murió en 2003 después de relatarle toda su historia a Charlie Brandt. Su propia hija cuenta que en los últimos años de su vida buscaba la absolución espiritual, pero nunca supieron nada de lo que había hecho antes de la publicación del libro.
---> La nota de The New Yorker Review of Books que desacredita el libro
---> Otra nota con varias citas de personajes de la época que desacreditan la confesión de Sheeran
Su vida oficial
Francis "Frank" Joseph Sheeran nació el 25 de octubre de 1920 en Darby (pensilvania) y falleció el 14 de diciembre de 2003 a los 83 años en Filadelfia, mismo estado.
Allí donde nació se crió, un barrio pobre de las afueras de Filadelfia. Sus padres fueron Thomas Francis Sheeran, pintor de casas verdadero (1886-1968) y Mary Agnes Hanson.
Su padre era irlandés y su madre tenía ascendencia sueca.
El ejército y la guerra lo marcaron para siempre, según sus dichos
Sheeran estuvo en el ejército de Estados Unidos desde agosto de 1941 y fue durante la segunda guerra mundial.
Tras el ataque en Pearl Harbor, se ofreció como voluntario para entrar a la fuerza aérea en Fort Benning, Georgia. Tras dislocarse el hombro, fue transferido a la división de infantería conocida como los Thunderbirds (la 45). El 14 de julio de 1943 Sheeran fue enviado al norte de África. Sirvió en la guerra 411 días (cuando el promedio era de 100) y participó de la campaña italiana, incluyendo la invasión de los aliados a Sicilia, a Salerno y la batalla de Anzio. También participó en los aterrizajes en el sur de Francia y en la invasión de Alemania. Hasta ahí la versión oficial.
Sheeran contaría luego sobre su experiencia en la guerra. "Estuve 50 días perdido y ausente sin permiso, bebiendo vino tinto y persiguiendo mujeres italianas, francesas y alemanas. Pero jamás me ausenté cuando mi unidad volvía al frente de batalla. Si no lo hacía, uno de nuestros propios oficiales me volaba la cabeza justificadamente. Era deserción frente al enemigo".
Su paso por la guerra, contaría después en las memorias escritas por Brandt, fue el puntapié inicial para convertirse en asesino. Fue en batalla que dejó de tener empatía y sensibilidad a la hora de matar. Nunca sintió culpa y contó que participó en crímenes de guerra, como ejecuciones y masacres de alemanes prisioneros, actos que violaban las conferencias de La Haya de 1899 y 1907, y la Convención de Ginebra de 1929.
En las entrevistas que derivaron en el libro de Brandt dividió las masacres en cuatro categorías: venganza por asesinatos en batalla; órdenes de comandantes de unidad; represalias por los campos de concentraciones contra los guardias de dichos lugares; intentos calculados para deshumanizar y degradar a los prisioneros de guerra.
Para ello cita dos ejemplos. Que a veces vio a soldados alemanas matar a sus compañeros de batalla; cuando intentaban rendirse al estar rodeados "los enviaba al infierno" (según sus palabras). Luego, que en una oportunidad pararon un tren que llevaba comida y cocineras; dejaron en libertad a las cocineras y detuvieron a los maquinistas, que eran soldados alemanes; los hicieron cavar sus propias tumbas, detallaría.
Tras ser dado de baja del ejército el 24 de octubre de 1945, regresó a su hogar y luego se casaría con Mary Leddy, inmigrante irlandesa, con quien tendría tres hijas (Mary Anne, Dolores y Peggy); se divorciarion en 1968. Contrajo matrimonio luego con Irene Gray y tuvieron una hija, Connie.
Justamente en estos crímenes de guerra también se basan parte de los descréditos a las confesiones de Sheeran, como así también en la frase de "escuché que pintas casas" que nunca se había escuchado antes del libro. Sheeran no tiene problemas en confesar los crímenes de guerra pero nunca dijo la frase directa "yo maté a Hoffa".
El lector podrá sacar sus propias conclusiones.