Justicia Federal

Una mujer transexual, amenazas, un intento de crimen: las claves en un juicio por trata de personas

La principal sospechosa es juzgada por manejar un prostíbulo en las inmediaciones de la Costanera. Su violento accionar, escuchas telefónicas, grupos de Whastapp y la forma de operar serán ventiladas en el debate que la juzga junto a tres presuntos cómplices

Cuando se dice que la mayoría de las travestis y mujeres transexuales tiene una corta esperanza de vida es porque son empujadas a trabajos en mundos callejeros y turbios. El juicio que comenzó este lunes contra cuatro sospechosos de trata de personas es el claro ejemplo. Paloma León Araya (50) y otras tres personas arriesgan una alta condena en el marco de una investigación que develó un circuito de explotación sexual, amenazas, drogas y hasta un intento de asesinato.

El expediente nació el 13 de diciembre de 2020, con una llamada anónima a la línea 145, del Programa Nacional de Rescate y Acompañamiento a las Personas Damnificadas por el Delito de Trata. La denunciante dijo que Paloma León explotaba a mujeres transexuales y hasta a menores de edad en la zona de San José cercana a la Costanera. Entre los detalles dijo que la base de sus operaciones era un departamento ubicado sobre esa arteria, donde tenía habitaciones para los servicios sexuales y una terraza desde donde vigilaba el movimiento callejero de las víctimas.

No demoraron mucho los investigadores policiales en confirmar la situación. En distintas tareas de vigilancia observaron los movimientos típicos de prostitución bajo el ala de Paloma León. En su departamento se observaba entrar y salir a varias personas, intercambios de dinero y vigilancia desde las alturas. La información se reforzó cuando pincharon los teléfonos de los sospechosos.

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Los pesquisas identificarom a otra mujer transexual, Antonella Rubí Iparraguirre (31), como la mano derecha de León. También quedó vinculado el novio de la principal sospechosa, Ricardo Néstor Cáceres (37). Los tres se encuentran imputados por el delito de trata de personas agravado por ser más de tres las víctimas y por la participación de más de 3 personas -de 5 a 10 años de cárcel-.

Trata de personas

La teoría de la Fiscalía Federal describe claramente el modus operandi de la banda. La idea era captar a mujeres transexuales o travestis en situación de vulnerabilidad y ofrecerles trabajo sexual las zonas que dominaba Paloma León: San José, la Cuarta Sección Este y una parte del carril Rodríguez Peña que llamaba "La Ruta. La proxeneta les ofrecía seguridad.

Pero no todo era color de rosas, a cambio había un estricto régimen al que debían someterse las víctimas. Primero y principal, pagar una "plaza" para que las dejaran trabajar en la vía pública. También los clientes podían utilizar una de las habitaciones del departamento de Paloma León, previo pago de $300 y además la acusada cobraba el servicio. Los primeros días de cada mes se realizaba una reunión para ordenar las cuentas y pagar lo correspondiente. Las que faltaban a esa cumbre luego debían rendir una multa de 10 mil pesos.

Las víctimas, según relataron en el expediente, empezaron trabajando con León voluntariamente pero poco a poco lo terminaron haciendo de forma forzosa, a fuerza de amenazas y deudas con la sospechosa, quien por ejemplo aprovechaba sus adicciones para venderles drogas. En algunas escuchas telefónicas se hablaba de una víctima que debía pagar $300 mil y en otras de préstamos o dinero de ANSES de las trabajadoras que se dejaba León.

En la investigación federal también surgió que la proxeneta hacía que las trabajadoras sean sometidas a cirugías estéticas con el trístemente célebre Carlos Arzuza, un médico cirujano que tenía una clínica clandestina y terminó condenado por un puñado de casos de mala praxis donde en algunos de ellos sus pacientes terminaron perdiendo la vida.

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Paloma León, la principal sospechosa de trata de personas.

Paloma León, la principal sospechosa de trata de personas.

Entre las pruebas de la investigación también hay cuadernos con anotaciones del dinero que iban pagando las víctimas y hasta un grupo de Whastapp bajo el nombre de "Klan León" que integraban las protagonistas de la historia.

Tentativa de homicidio

Además de la causa de trata de personas, Paloma León y Antonella Iparraguirre son juzgadas en otro expediente. También está acusado en esta causa el novio de esta última, Matías Andrés Carretero (41).

La Fiscalía sostiene que las dos primeras mandaron al hombre a ultimar a una de sus trabajadoras el 24 de marzo de 2021. Ese día, en horas de la madrugada, la mujer se encontraba en la vía pública cuando fue abordada por un sujeto que efectuó un disparo que atravesó su tráquea y quedó alojado en la zona cervical. Se salvó de perder la vida por cuestión de milímetros. La víctima declaró que días antes había recibido una amenaza de Paloma León: "Tenés los días contados, hija de puta. Te voy a buscar por debajo de las piedras".

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La bronca nació porque la denunciante estaba en el departamento de Paloma León cuando realizaron un allanamiento un mes antes. En medio del operativo, la proxeneta le dio una tarjeta de débito para que escondiera ya que en esa cuenta tenía una caja de ahorros con un millón de pesos. La víctima nunca quiso devolver el plástico, por lo que empezó a sufrir las amenazas.

Los tres imputados en esta causa están acusados por tentativa de homicidio agravado por el concurso premeditado de dos o más personas y por criminis causa. Arriesgan una pena de 10 a 15 años de cárcel.