Luego continuó: "No podés tener ese culo, esas tetas, posta. Acá arriesgo todo, laburo, etcétera. Más en este pueblo. Pero hay que meterle para manejar todo lo que tenés".
El fiscal departamental Javier Giaroli determinó que los mensajes tuvieron el claro objetivo de menoscabar la integridad sexual de la víctima, aun sabiendo que era menor de edad y que era alumna del colegio donde Rodrigo Dicalbo trabajaba en el kiosco.
Además de configurarse el delito de grooming-ciberacoso sexual infantil-, también fue imputado por lesiones psíquicas graves. Es que los peritos determinaron que la menor sufrió un trauma "produciendo una importante modificación en la vida cotidiana, con detrimento de la paz anímica, ocasionando angustia y descenso en el nivel de la calidad de la existencia".
La pericia determinó que "surgieron sentimientos de aislamiento, de desamparo, incomodidad con el propio cuerpo, alteración del esquema corporal, desmotivación general, retraimiento social y ensimismamiento, pérdida de interés en cuestiones que antes disfrutaba".
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Finalmente, el abogado defensor del acosador y el fiscal acordaron resolver la causa con una suspensión de juicio a prueba, conocido popularmente como probation. Es decir que el expediente quedará suspendido y el hombre deberá respetar ciertas normas de conducta durante 3 años para evitar ir a un juicio.
Entre las reglas se estableció no volver a cometer delitos, realizar un tratamiento psiquiátrico y psicológico, prohibición del ingreso a establecimiento deportivos y una orden de restricción a una distancia de 500 metros de la víctima.
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