Desde que Donald Trump regresó a la Casa Blanca, el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) apartó a unos 500 niños durante supuestos controles de bienestar. En la mayoría de los casos, estos menores fueron separados de sus patrocinadores, que por lo general son sus padres o familiares cercanos, debido a medidas estrictas de control migratorio.

Según un informe de CNN en español, es una cifra sin precedentes que marca un giro radical respecto de años anteriores, donde estas separaciones eran excepcionales.

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Migrantes con niños en Tapachula en México. Crédito: EFE/ Juan Manuel Blanco.

Migrantes con niños en Tapachula en México. Crédito: EFE/ Juan Manuel Blanco.

Investigar a los familiares de los migrantes

El FBI participó en algunos de estos operativos. Fuentes internas expresaron su preocupación, ya que sospechan que los controles están orientados más a investigar a los familiares de los migrantes que a proteger a los menores. Un portavoz del FBI defendió la acción: “Proteger a los niños es una misión crucial”, dijo en un comunicado.

Defensores de derechos humanos y exfuncionarios del Departamento de Salud y Servicios Humanos aseguran que los nuevos procedimientos dificultan que los padres recuperen a sus hijos. “Están sofocando el sistema. Eso solo daña a los niños”, señaló una fuente cercana a las discusiones.

La Oficina de Reubicación de Refugiados (ORR) actualmente tiene a más de 2.500 menores bajo su custodia. Estos niños migrantes, que llegan solos a Estados Unidos, ahora permanecen separados de sus familias por más tiempo debido a nuevas políticas que dificultan su reunificación.

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Las críticas a la política de Donald Trump

Durante su primer mandato, Donald Trump fue duramente criticado por separar familias en la frontera sur como parte de su política de “tolerancia cero”. En esta nueva etapa, los menores son retirados de sus patrocinadores por “motivos de seguridad”. Desde el gobierno sostienen que la medida busca evitar casos de explotación infantil.

El Departamento de Seguridad Nacional (DHS) defendió las acciones con ejemplos: un guatemalteco con antecedentes penales tenía a cargo un menor y otro caso de contrabando infantil. “Ningún niño debería ser puesto en manos de alguien que no cumpla con normas básicas de seguridad”, dijo el vocero de Salud y Servicios Humanos.

Un informe reciente detectó fallos en los procesos de evaluación de patrocinadores: el 16% de los casos analizados no tenía documentación completa de los controles de seguridad. Esto expone una crisis dentro del sistema de cuidado federal, según la administración de Donald Trump.

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