Espectáculos Mendoza
Un rato con él. La obra, escrita por Julio Chavez y Camila Mansilla y protagonizada por el mismo Chavez y Adrián Suar, se presentó el viernes y ayer en dos funciones diarias en el teatro Plaza

Reencontrarse para alumbrar la verdad

Por UNO

Con un teatro Plaza a lleno total, Un rato con él, la obra escrita por Julio Chávez y Camila Mansilla, con los protagónicos del mismo Chavez y Adrián Suar, subió a escena en Mendoza.

El eje argumental es el encuentro de Gregorio (Chavez) y Darío (Suar), hermanos por parte de padre y distanciados durante muchos años, que deben reunirse, abogados de por medio, por la herencia tras la muerte de su papá.

Gregorio es un hombre desbordado, con ciertas dosis de agresividad, y Darío es bastante obsesivo y no muy dispuesto a confrontar con su hermano mayor.

Esta reunión, en la cual ciertas diferencias entre los bienes a repartir son el disparador de otras diferencias -las más profundas-, expone a dos hombres unidos por la sangre pero separados en la vida.

Lo más atractivo de la pieza teatral es esta reunión improbable, no sólo en la ficción sino entre dos actores cuyos perfiles desafían el texto teatral: el actor cómico que es Suar y el dramático que es Chavez. Este último rompe con los registros que hemos visto en sus últimos trabajos y transita la comicidad desde la ironía, el sarcasmo y lo corporal, en un riesgo que el público agradece.

Suar, por su parte, logra darle humanidad a este hermano menor, marcado por la soledad y que tiene una historia armada de lo que podría haber sido su familia (él es hijo ilegítimo del padre de Gregorio), versión que su hermano desafía y completa con una verdad mucho más contundente: el amor fraternal.

Si bien la primera parte de la obra explicita los conflictos entre ambos, lo mejor llega cuando los dos se quedan a solas y la verdad comienza a aparecer.

El texto teatral cumple con explotar lo mejor de las fortalezas de ambos actores, emocionando y divirtiendo, en equilibradas dosis, aunque a veces ese equilibrio deje sabor a poco.

La mano del director Daniel Barone se advierte en el equilibrio entre ambos y en aceptar el desafío de profundizar los registros que el espectador no está acostumbrado a ver en sus protagonistas.

Un rato con él es una obra efectiva, que emociona y divierte a la vez que profundiza uno de los lazos más entrañables de los seres humanos: el fraternal.

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