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"Se pueden crear piezas muy bonitas a partir de cosas que están tiradas", dijo Julieta.
Foto: Cristián Lozano /Diario UNO
El comienzo de Mosaico mi amor
Empezó en 2016 cuando conoció el oficio en la casa de una amiga e hizo un seminario. "Me gusta mucho la decoración, desde siempre me gustó, lo vi, me impactó, me alucinó. Cuando aprendí la técnica, me compré las herramientas, y empecé a hacer, hacer, hacer y no paré", sostuvo Julieta.
La emprendedora fue aprendiendo de cursos y de forma autodidacta viendo que podía intervenir cualquier objeto que había, en paredes ponía mosaicos y quedaba alucinada con su belleza. Este año se anotó en un Centros de Capacitación para el Trabajo (CCT) que dan mosaiquismo para poder enseñar con mayor conocimiento.
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La emprendedora fue aprendiendo de cursos y de forma autodidacta viendo que podía intervenir cualquier objeto que había.
Foto: Cristián Lozano /Diario UNO
De dónde obtiene los azulejos y cerámicas rotos
Los amigos, familia y clientes de Mosaico, mi amor le juntan los objetos o vajilla antigua que se le rompen. La mujer dijo que si le hacen algún pedido con colores específicos compra los azulejos, pero prefiere trabajar con material desechado. Además, vende las piezas en El Tomillo, espacio agrourbano, que es un vivero con compromiso ambiental que brinda el lugar a emprendedoras.
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Laura empezó el emprendimiento porque le impactó la cantidad de material que la gente descarta.
Foto: Cristián Lozano /Diario UNO
La mayoría de los objetos que hace son con material reciclado. "Venía caminando hace algunos días y había media taza tirada en la calle con unos colores divinos, la recupero y la uso. Paso por un lugar en un contenedor, limpiaron un baño antiguo y todo ese azulejo me lo traigo, igual que los espejos rotos, que le llaman de mala suerte, yo les digo que no es mala suerte porque se pueden hacer cosas hermosas", dijo Julieta.
Julieta se compró todas las herramientas para cortar los materiales y poder trabajar mejor, pero explicó que si la persona no tiene dinero para comprarlas, puede hacerlo con un martillo, empezar a romper, darle forma y trabajarlo.
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La mayoría de los objetos que hace son con material reciclado.
Foto: Cristián Lozano /Diario UNO
Productos y talleres de mosaiquismo y reciclado
Tiene dos formas de trabajar, ella arma diferentes objetos, los publica y los vende o los clientes pueden encargarle productos específicos. Algo que pueda intervenir, que tenga en la casa, una lámpara, un marco, una guarda, una parrilla, lo que la persona quiera o puede empezar desde cero un objeto, comprar todo y armarlo.
Intervino pava vieja que estaba en desuso y la transformó en una maceta con material reutilizado que cuesta $8.500. Las venecitas azules salieron de una pileta, el color rojo que tiene la flor es de una taza y la otra flor es de un plato. "Es todo un trabajo recortar el material, buscarlo, pegarlo, pensarlo, combinar colores, diseñarlo, a casi todos los artesanos nos pasa que es difícil ponerle un valor", dijo Julieta.
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Intervino pava vieja que estaba en desuso y la transformó en una maceta con material reutilizado.
El año pasado hizo tres encuentros con personas que querían aprender de mosaiquismo. "Estuvo muy lindo porque fue a partir de todo recuperado, eran pedazos de madera que había encontrado, los corté para hacer cuadritos y armé en una mesa con vajilla, algunos retazos de espejos, de azulejos y cada uno iba eligiendo colores y podía usar la herramienta para ir adaptándolo", sostuvo.
Tiene la idea de brindar talleres en el espacio El Tomillo para enseñar a usar todo el material que hay de descarte. Cuesta $10.000 y la persona se lleva la obra terminada.
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El año pasado hizo tres encuentros con personas que querían aprender de mosaiquismo.
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