Para Santiago Esteves volver a Mendoza es una forma de regresar a su propio punto de partida, a esa mezcla de asombro y silencio que conoció de niño cruzando la cordillera en el Paso a Chile. Esa imagen, la de la montaña inmensa y el horizonte infinito, quedó guardada en su memoria hasta transformarse en el escenario de su nueva película, "Los renacidos".
Santiago Esteves, en clave policial con una película que lo devuelve a sus orígenes
El cineasta estrena “Los renacidos”, su segunda película filmada en el Paso a Chile. Un viaje que le llevó 10 años y que lo hace volver adonde todo empezó
“Desde que empecé a viajar por esa ruta sentí que ahí había una historia”, dirá el cineasta mendocino en la charla con Diario UNO: “No solo por el paisaje, sino por lo que despierta: la idea de límite, de frontera, de lo que uno deja atrás y lo que intenta cruzar”.
Ese paisaje de su Mendoza natal es el corazón de una historia que tardó 10 años en llegar al cine y que, como su nombre lo anuncia, es también una historia de renacimientos en clave policial. Su estreno nacional se dará este jueves 23 en salas comerciales de todo el país.
La película narra el vínculo de dos hermanos enemistados que se enfrentan a su pasado familiar, en medio de un negocio tan oscuro como inusual: ayudar a personas a fingir sus muertes para luego cruzarlas a Chile por la frontera mendocina y que inicien una nueva vida.
Detrás del policial, en "Los renacidos" late un drama íntimo: el de los vínculos que se rompen y la necesidad de reconstruirlos. En los roles protagónicos están otro mendocino, Marco Antonio Caponi; el chileno Pedro Fontaine y el español Óscar de la Fuente.
El cine como modo de explorar la conducta humana
Para Santiago Esteves, que es psicólogo de formación además de cineasta, el cine siempre fue una manera de explorar el misterio de las acciones humanas.
“No me quedó tanto de la teoría de la psicología”, reconoce, “pero sí el interés por la conducta humana: por qué las personas hacen lo que hacen. El cine me permite ver eso en movimiento, ponerlo a prueba, jugar con las reacciones humanas”, revela.
En esa búsqueda -entre la cordillera, la ficción y los años de trabajo silencioso- se construye "Los renacidos", su segunda película íntegramente filmada en Mendoza, con producción local y un equipo que, como su director, apostó por hacer del territorio una forma de identidad.
Una década de camino para llegar a la película
El proyecto nació incluso antes de su ópera prima, "La educación del Rey", estrenada en 2017. “Empecé a escribir 'Los renacidos' en 2015. Han pasado 10 años desde entonces”, cuenta.
La paciencia, en el cine, es un modo de resistencia. Entre cada guion, cada búsqueda de financiamiento y cada intento de rodaje frustrado, el proyecto se fue transformando, pero nunca perdió su centro: esa frontera mendocina que conocemos como el Paso Cristo Redentor se convirtió en cierta medida en personaje.
“Hubo propuestas para filmar en otras fronteras de otros países”, recuerda Esteves, “pero yo sabía que no podía trasladarse. Mendoza tenía que estar ahí, porque el lugar era parte del sentido de la historia”, argumenta.
El rodaje fue una proeza técnica y humana. Se filmó al borde del invierno, con riesgo de nevadas y el cierre del Paso a Chile.
“Había que planificar cada detalle: no se podía alojar al equipo cerca de las locaciones. Fue un trabajo de años recorrer el trayecto entre Uspallata y la frontera, sacar fotos, escribir escenas, volver, cambiarlas”, detalla.
Una cámara especial para filmar la oscuridad del Paso a Chile
Las imágenes más poderosas de la película se capturaron al caer la tarde, en esa hora incierta en la que el día se vuelve noche. “La montaña de noche es algo difícil de filmar, porque no hay luz, ni siquiera un farol”, explica.
La solución fue una cámara ARRI 35 de última generación, capaz de captar lo que incluso el ojo humano no ve. “Dicen que ve más que nosotros”, sonríe. Así lograron retratar la oscuridad sin perder el alma del paisaje, esa sensación de que la montaña observa y guarda sus secretos.
“Por eso recomiendo verla en el cine”, insiste el director de "Los renacidos". “Porque hay algo del espacio, de la magnitud, que solo se siente en la sala. Es una película que se hizo para ser vivida en pantalla grande.”
La historia de la película empezó con un radio despertador
A veces las ideas nacen en los lugares o momentos más insólitos. En este caso, fue una mañana cualquiera, hace una década, cuando Santiago Esteves se despertó con la radio encendida.
“Estaban entrevistando a un tipo que tenía una funeraria, y le preguntaban esos mitos de si alguna vez se despertó un muerto en un velorio, cómo se hace para que alguien parezca muerto… y ahí me vino la idea”, recuerda sobre la gestación de su película.
Anotó un par de frases en un cuaderno y, como suele pasar, la idea lo siguió. Investigó sobre la metodología científica para hacer pasar por muerta a una persona, se refugió en los médicos de su familia para ello, y avanzó.
“Pensé que era un gran punto de partida para un policial, pero quería que detrás hubiera algo más. Empecé a preguntarme quiénes serían las personas capaces de hacer eso y de a poco surgió la historia de dos hermanos, con una herencia familiar que los une y los divide”, explica.
En el guion, el thriller y lo emocional se entrelazan. “Me interesaba poner en jaque la idea de la fraternidad”, asume. “Mostrar que, incluso entre hermanos, hay zonas oscuras, heridas que no cicatrizan. Quería que fueran únicos, que se transformaran con la historia, que el espectador sintiera que las apariencias cambian”.
Un mendocino como protagonista de su película
En esa búsqueda de matices encontró a los protagonistas ideales para hacer de hermanos: el mendocino Marco Antonio Caponi y el chileno Pedro Fontaine.
Con Caponi nacieron el mismo año y en la misma provincia, sin embargo no se recuerdan de la infancia o adolescencia compartidas en Mendoza. "Tenemos amigos en común, por lo tanto supongo que en la infancia en algún momento me lo encontré, quizás en algún cumpleaños", dice Santiago sobre el actor mendocino con quien se juntó a tomar un café, a leer el guion y a introducirlo sin dudar en lo que sería su nueva película.
Y el resultado final fue promisorio: "Trabajar con Marco fue fabuloso y muy enriquecedor, espero que vengan otras películas más con él".
Los personajes de "Los renacidos" fueron así tomando vida hasta volverse espejos del propio Esteves: “Siempre pienso a los personajes uno en relación con el otro. No me interesa lo que hacen por separado, sino lo que pasa entre ellos. Como en la vida”.
En la película aparecen sus hermanos
Aunque hace años vive en Buenos Aires, Santiago Esteves sigue sintiendo que su raíz e identidad están en Mendoza. Allí viven sus padres, sus hermanos -uno médico cirujano, el otro guía de montaña- y buena parte de su familia. “Trato de ir mucho porque mis viejos son abuelos y quiero que disfruten a los nietos”, dice, refiriéndose a sus hijos Ulises, de cinco años, y Ana, que acaba de cumplir uno.
Esa presencia familiar atraviesa su obra. En "Los renacidos", sus propios hermanos tienen una pequeña aparición, como ya lo habían hecho en "La educación del Rey".
“No son actores pero me gusta incluirlos. Es mi forma de compartir con ellos lo que hago. Además, en esta película de hermanos tenían que estar”, cuenta entre risas.
El cine, para él, no fue un destino obvio. Licenciado en Psicología, se fue a estudiar producción audiovisual a Buenos Aires y trabajó como montajista y asistente antes de animarse a dirigir.
“Fue una búsqueda de mucho tiempo llegar a la conclusión de dedicarme al cine. En 2007 me vine a Buenos Aires, cuando todavía no había casi industria en Mendoza. Hoy es distinto: hay más ejemplos, más producción local, más posibilidades. En ese sentido, la provincia cambió muchísimo y para bien”, considera.
El alivio y la emoción del estreno de su película
Ese cambio se refleja también en "Los renacidos", que fue uno de los primeros proyectos en beneficiarse del programa provincial de Cash Rebate, un impulso clave para concretar el rodaje de su segunda película.
“Eso nos dio un empujón enorme, fue la primera película en recibir un Cash Rebate. Fue una forma de decir que desde Mendoza también se puede hacer cine grande, con ambición y con identidad", sostiene quien concretó su nueva producción audiovisual en una coproducción de Le Tiro (Argentina), Zabriskie Films (España) y El Otro Film (Chile) con la participación de la productora mendocina Río Films.
Cuando "Los renacidos" se proyectó por primera vez en Mendoza, la sala estaba llena. Fue a principios de esta semana en la Nave UNCuyo, había técnicos, actores, familiares, amigos. “Fue como jugar de local”, admite Santiago Esteves. “Había algo circular en todo eso y ahí tenía que hacer un preestreno: 10 años después estaba mostrando la película en el lugar donde nació”.
Antes del preestreno local, la película había tenido su premiere internacional en el Festival de Cine de Shanghái, China, donde las salas se colmaron de espectadores.
El estreno de una película lo siente como un alivio
Habla de alivio, pero también de gratitud. “Uno vive con la ilusión de hacer la película, y el proceso puede ser durísimo. Cuando llega el estreno, lo que sentís es alivio, sí, pero también la alegría de compartir. Las películas nacen de algo muy íntimo y, de repente, se abren al mundo”, expresa.
Este jueves 23 de octubre, "Los renacidos" llegará a los cines de todo el país. Después viajará a festivales como el de Huelva en España, el de Calcuta en la India y otro en Alemania.
Pero para su director, el estreno nacional tiene otro peso. “No hay nada como verla con la gente de acá. Esta película es mendocina en todo sentido: por el paisaje, por el equipo, por su espíritu. Tenía que volver a su origen”, comenta tras la proyección para invitados que realizó en la Nave UNCuyo.
Renacer en cada película
En cada proyecto, Santiago Esteves parece volver a la misma pregunta: ¿qué impulsa a las personas a actuar como lo hacen? En su caso, la respuesta parece sencilla y profunda a la vez: el deseo.
“Si no hubiera un deseo profundo, no haría cine -sentencia-. Es algo que te moviliza mucho, incluso cuando las condiciones son adversas”.
Quizás por eso sus películas están habitadas por personajes que se equivocan, que buscan redención, que tropiezan y vuelven a empezar. Como él, que confiesa que cada filme es una forma de entenderse a sí mismo y a los demás.
A sus 42 años, con dos largometrajes y una carrera marcada por la constancia, Esteves mantiene la serenidad de quien sabe que el arte no se mide en velocidad sino en profundidad.
“Hacer cine en Argentina es una lucha permanente”, dice sin dramatismo. “Pero cuando lográs hacerlo, cuando ves en pantalla lo que soñaste tantos años, todo tiene sentido”, completa.
El cine como forma para volver a empezar
En "Los renacidos", ese sentido se traduce en imágenes: dos hermanos frente a la montaña, una noche sin faroles, el sonido del viento en la frontera. Es el mismo viento que soplaba en su infancia mendocina y que, de algún modo, todavía lo guía.
Porque, al final, Santiago Esteves sigue haciendo lo que hacía de chico: mirar el horizonte y preguntarse qué hay del otro lado. Solo que ahora lo hace con una cámara, con una historia, y con la certeza de que, como sus personajes, uno siempre puede volver a empezar.