Es difícil determinar cuándo se podía planificar en Argentina una actividad que implicara una gran inversión y tener la opción de hacerlo en cuotas sin interés o con una recarga mínima.
Por la inflación, los dueños de salones sólo ponen el precio un mes antes de la fiesta
Una de estas actividades es la organización de una gran fiesta.
Es que mientras en tiempos en los que la inflación no había llegado a los niveles con los que actualmente tenemos que lidiar, la organización de estos eventos se podía realizar con muchos meses o hasta un año de anticipación y el precio se respetaba o podía pagarse en cuotas con un interés mínimo.
Sin embargo, esta situación cambió radicalmente. Desde la asociación de Propietarios de Salones de Fiestas (ASAFI) explicaron que la modalidad de cobro de la mayoría de los asociados es cobrar el uso del salón en el momento de que el cliente contrata el servicio, y el resto, acordarlo un mes antes de la celebración.
Es decir que quienes quieran realizar un evento, no tienen otra posibilidad que pagarlo casi al contado.
Pagar la fiesta casi al contado, la postura de los saloneros
Quien explicó la postura de los dueños de salones fue Mauricio Sequeiro, presidente de la asociación.
Explicó que la mayoría de los colegas del rubro se mueven de una manera muy similar.
En la actualidad, no hay casi ningún propietario ni organizador de eventos que pueda congelar el precio aunque la persona se lo pague al contado, sobre todo porque implica el rubro alimentos y bebidas, que es donde más impacta la inflación.
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Sequeiro sostuvo que lo que están haciendo los saloneros es reservar y congelar con los clientes el costo del uso del salón. Con este monto, que no sufrirá ningún incremento, queda el salón reservado para la fecha acordada.
En cuanto a la comida, lo que se está haciendo es reunirse un mes antes para armar el menú, según manifestó el titular de ASAFI, ya se ha dado un panorama aproximado de las opciones entre las que se podría elegir y los valores.
Además, agregó que ya el año pasado tuvieron muchos problemas con proveedores que no les entregaban la mercadería en tiempo y forma, desde productos frescos hasta bodegas que no conseguían botellas para envasar los espumantes.
"Es muy difícil trabajar en un entorno como el actual, por este motivo algunos colegas no están presupuestando fiestas con más de tres meses de anticipación, pero la mayoría se compromete solo a guardar la fecha con la cláusula de que los precios se fijen en el mes previo a la realización del evento".
Por otra parte, dejó en claro que no hay planes de financiación de fiestas.
El presidente de la asociación destacó que el rubro de fiestas y eventos no hay ningún ítem que permita hacer acopio de mercadería, todos los insumos son perecederos, y no hay herramientas que permitan desarrollar la actividad con un compromiso de pago fijo o cuotas de valor predecible en el tiempo.
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El único propietario que aseguró que ellos congelan el precio sí se paga al contado efectivo fue Diego Vieyra, dueño de Luna Eventos.
Vieyra manifestó que esto lo hacen porque si reciben la totalidad del dinero pueden realizar una inversión, o un plazo fijo como para que el dinero no se desvalorice y el cliente quede conforme. Pero es necesario aclarar que es una excepción, puesto que la mayoría toma el camino antes explicado.
Costo fijo y deuda indexada, una alternativa no tan frecuente
Hay algunos propietarios y organizadores de fiestas que han utilizado el sistema que se conoce como "party time". Sequeiro y Vieyra explicaron en qué consiste.
Lo que se realiza es congelar el costo de la tarjeta la valor actual, por ejemplo: 8.000 pesos por invitado. Lo que se paga al contado, se congela.
Lo que se actualiza con una alícuota indexactoria -al ritmo de la inflación- es lo que el cliente adeuda. Es decir que si el costo total de al fiesta es de 800.000 pesos y el cliente paga el 50% al contado, lo que se va a indexar es el saldo adeudado: 400.000 pesos más el costo de la inflación mensual.
Según Sequeiro este sistema no está siendo muy utilizado en la actualidad, porque la inestabilidad es muy grande como para ponerlo en práctica,
Sin embargo, y aunque no en forma masiva, hay algunos saloneros que lo realizan.
Las propuestas de los salones más pequeños
En el caso de los pequeños emprendedores de este rubro, que son dueños de salones más chicos, trabajan un poco a modo de prueba y error.
Esta es la situación de Carolina Cimino, propietaria del salón "3 Silos". Cimino manifestó que el sistema que han encontrado para poder ofrecer un servicio conveniente tanto para los clientes como para los pequeños emprendedores, es realizar el presupuesto sin comida.
El costo del salón se abona con el sistema party time: se pide una seña del 30% y el 70% restante se paga con un incremento mensual menor al de la inflación.
Sin embargo, como es imposible aplicar este sistema a la comida y bebida, ella se junta con los clientes, planifican el menú y si ellos están dispuestos a realizar las compras, las efectúan por su cuenta y las llevan al salón.
Cimino manifestó que si se pauta este sistema, quienes contratan la fiesta deben llevar solo la mercadería, lo demás -cocineros, mozos y todo el resto del servicio- está incluido en el precio del evento.
También ofrece el pago de la tarjeta completa, pero en el caso de que sea su empresa la encargada de comprar la comida y la bebida, se pauta con un precio de seña y la deuda indexada.
Otro pequeño emprendedor, Ezequiel Flores, dueño del espacio Quinta del Valle, manifestó que en su caso trata de amortizar el salón alquilándolo de día para cumpleaños, reuniones y celebraciones más informales. En ese caso solo cobra por el uso de las instalaciones, pero le sirve para ir cubriendo costos más pesados.
"Lo que sucede es que no hay una lógica en los precios, han bajado mucho las fiestas de quince o casamientos. La gente busca otras opciones, como realizar una fiesta a la canasta"
Flores explicó que el precio de la tarjeta no se puede congelar no solo por los aumentos de alimentos y bebidas.








