Ciertamente no es fácil invertir un capital que involucre una cantidad de dinero en un proyecto nuevo, en una empresa emergente, en una idea que aún no se ha comprobado que funcione. Esto se agrava si la inversión a realizarse es en un país cuya estabilidad económica es absolutamente lábil, como es el caso de Argentina. Por esto, la Escuela Internacional de Negocios (ADEN) se ha enfocado en brindar un ciclo de conferencias en las que se busca el objetivo de asesorar a los nuevos inversores, o bien a los que se ven interesados en involucrar su capital en una startup.
En este contexto es que llegó a Mendoza Matteo Daste. Él es parte integrante de Orrick, una compañía internacional de abogados, fundada en San Francisco, California. La firma está enfocada en brindar servicios a empresas del sector tecnológico, de energía, infraestructura y finanzas, en todo el mundo, pero su "base de operaciones" se encuentra en Silicon Valley, el lugar que se postula como panacea de las industrias tecnológicas emergentes, como alguna vez lo fueron Twitter y Facebook.
Lo positivo es que sus estrategias sencillas pueden aplicarse a otros emprendimientos empresariales medianos o pequeños para determinar qué planteos comerciales pueden interesarle al mercado y cuáles no serán sostenibles en el tiempo.
Daste dialogó con Diario UNO para mostrar esos atajos que pueden llevar a recorrer más fácilmente un camino, desde la empresa incipiente hasta la ya exitosa, que a simple vista parece demasiado arduo. Sin embargo, hay maneras de buscar atajos para aliviar la marcha.
-¿Sabe en qué se invierte a nivel local, a la hora de poner a trabajar un patrimonio y cómo podría diversificarse esa matriz productiva?
-No conozco las compañías de Mendoza, pero comprendo que hay mucha actividad en lo que hace a la agricultura, y también en el ámbito de la tecnología. La idea que tenemos desde yo provengo, en California, es unir la tecnología y exportar algo de la tecnología que esas empresas tienen. Entonces, podría haber oportunidades para las empresas que desarrollan tecnología aquí, posibilidades de expandirse, si la tecnología es significativa.
-¿Se pueden desarrollar startup en este contexto económico tan difícil como el que sobrellevamos en Argentina?
-Creo que aquí hay oportunidades, tanto como en muchos países de Europa, ya que hay muy buena fuerza laboral que tienen grandes destrezas en el ámbito de la tecnología, las capacidades de esta fuerza laboral son las que harían posible el desarrollo.
-¿Qué tipo de formación es la que más se requiere a la hora de buscar profesionales para desarrollar estos emprendimientos?
-Me refiero sobre todo a ingenieros o desarrolladores de software. Comparando con los Estados Unidos, aquí el costo de la formación superior es más bajo. Las empresas estadounidenses siempre buscan ingenieros en otras partes del mundo. Podría haber entonces, muchas oportunidades de trabajo.
-¿Cómo pueden hacer su aporte las universidades en esto?
-Las universidades pueden aportar ofreciendo carreras para desarrollar ingenierías o software, informática, esas destrezas podrían ser todavía más fuertes y podrían exportarse más.
-A su criterio, ¿cuál es el beneficio de que existan incubadoras de empresas en las universidades?
-Yo solamente puedo hablar con respecto a mi experiencia en Silicon Valley, California. Esto es muy importante porque los programas de incubadoras de empresas en las universidades permiten que los futuros profesionales desarrollen los contenidos que día a día van adquiriendo en la universidad, pero que pero que tengan la capacidad y las herramientas para concretarlos a nivel empresarial.
-¿Cuál debería ser la principal meta para las empresas emergentes?
-Ahora bien, hoy en día, todo lo que hace el mundo de la tecnología está globalizado, por lo tanto, el desafío y al mismo tiempo la oportunidad, es hacer que esa incubadora salga de las empresas pequeñas y se expanda a un orden ya global, internacional.
-¿Qué debilidades puede ver en estos emprendimientos por ejemplo, puede que una idea sea buena, pero a los emprendedores les falten herramientas para concretarla?
-Las ideas son buenas solamente si al mercado le parecen buenas, no si a la universidad le parece buena, desde el punto de vista empresarial. Entonces, mientras más sepa la compañía sobre el mercado, existen más posibilidades de que pueda desarrollar sus ideas, productos, servicios o bien, la tecnología que al mercado le interesa.
-¿En qué puede afectar no hacer un buen estudio de campo previamente a la inversión?
-En muchas ocasiones, en otros países, he visto empresas emergentes, que son las que habitualmente se denominan startups, que desarrollan muy buenos productos, buenos servicios pero que terminan no siendo relevantes. Porque estos productos y servicios ya existen.
-¿Qué información es la que no puede faltar, entonces?
-Si la empresa se queda enfocada aquí no se va a enterar de lo que está pasando a nivel global, por lo tanto es necesario que salga al mundo, y más cuando tiene que ver con el mundo de la tecnología que hoy está tan globalizado.
-¿Cómo se puede lograr esto?
-Una manera es que las incubadoras no sólo se enfoquen en las empresas emergentes, sino que se fijen, que estudien el procedimiento de empresas más grandes, y que en lo posible, traigan como socios a estos empresarios de compañías más importantes, de tal manera que ellos puedan decir, esto está bien, o esto no lo está, este consejo o asesoría es valorable.
-En nuestras economías débiles, es muy difícil poder esperar a una empresa hasta que comience a dar ganancias, ¿hay algún salvoconducto para esto?
-Por supuesto que las empresas emergentes necesitan tiempo. No estamos hablando ni de un año, ni de diez años. El tiempo que precisan estos emprendimientos es de 3 a 5 años para que comiencen a dar resultados. Esto es lo que les cuesta a las nuevas empresas, al menos en California, salir al mercado. Entonces cuando usted comienza, es importante que el plan de negocios de su empresa sea muy detallado para sobrevivir este periodo de prueba.