Crisis financiera

IMPSA comenzó el proceso de capitalización tras reperfilar deuda

IMPSA se incorporó al Programa de Asistencia a Empresas Estratégicas en proceso de Reestructuración de Pasivos para solventar su deuda

La empresa nacional de tecnología e infraestructura IMPSA encarará en los próximos cuatro meses un proceso de capitalización y de oferta pública que le permita dejar atrás la crisis financiera que la llevó al borde de la venta, luego de transformarse esta semana en la primera en acceder al Programa de Asistencia a Empresas Estratégicas del Gobierno nacional. Así, la tradicional compañía que hasta 2017 condujera la familia Pescarmona, enfrenta una nueva instancia para salir definitivamente de la crisis financiera que arrastraba en los deuda últimos años, con una deuda por más de US$ 560 millones que pudo reperfilar hace semanas, y retomar un rol mas activo en la vanguardia del desarrollo tecnológico mundial.

IMPSA es la primera empresa en incorporarse al Programa de Asistencia a Empresas Estratégicas en proceso de Reestructuración de Pasivos (Paeerp) del Ministerio de Desarrollo Productivo, por el cual el Estado nacional pagará el 75% de los salarios de los trabajadores durante los próximos cuatro meses.

El CEO de IMPSA, Juan Carlos Fernández, explicó en diálogo con Télam que "una de las condiciones para entrar en el programa era tener la deuda reestructurada, un proceso de cinco semanas que logró la aceptación del 98% de los acreedores y permitió un reperfilamiento, de una deuda que era 90% en dólares y 10% en pesos".

Ese proceso que se cerró a fines de noviembre le permitió a la compañía, que tiene su centro de desarrollo y producción en Mendoza, obtener cinco años de gracia en el pago de intereses hasta 2025, y recién a partir de 2028 iniciar la amortización, logrando una menor exposición financiera.

"Nos falta ahora la segunda etapa que es la capitalización de la compañía para hacer frente a los requerimientos de nuevos proyectos y poder crecer, lo que requiere capital de trabajo", explicó el directivo al entender que para eso "era fundamental este puente que nos está tendiendo el Gobierno con un subsidio del 75% de los sueldos por cuatro meses".

Ante esta nueva perspectiva financiera que se le abre a la que es considerada una de las mayores empresas de innovación y tecnología junto a la rionegrina Invap, Fernández estimó que "en menos de cuatro meses se va a poder lograr la capitalización".

"Estamos analizando varias propuestas y con esta capitalización y con una deuda reestructurada y aprobada, la empresa queda en condiciones financieras óptimas para hacer lo que hizo siempre, salir al mundo", enfatizó el directivo al confrontar la nueva realidad con el que vivió la empresa antes y luego de la reestructuración de 2017.

Aquella redefinición empresaria condujo a cambios de accionistas en el que la familia Pescarmona perdió el control de la compañía y la mayoría pasó a un fideicomiso de acreedores, por lo cual IMPSA estuvo a punto de ser vendida en los primeros meses del año, un proceso que frustró la irrupción de la pandemia.

Al valorar la posibilidad de resguardar la continuidad de esta empresa estratégica nacional, Fernández reseñó que "IMPSA es el resultado de más de un siglo de trabajo y esfuerzo en una Argentina industrial, que genera valor agregado, exporta el 80% de su producción y emplea de manera directa a 750 personas y más de 100 Pymes nacionales".

"Su desarrollo tecnológico es reconocido a nivel mundial y las 200 turbinas que la empresa lleva diseñadas y fabricadas al día de hoy dan energía y producen en 40 países", afirmó al admitir que el apoyo del Estado y de los proveedores ahora se encamina a completar el plan de recomposición del capital de trabajo de la compañía, dejándola financieramente fortalecida para volver a competir en los mercados del mundo".

En ese sentido, el CEO de la compañía dijo que ya se está trabajando "para volver a posicionarse en los mercados que siempre lideró a la vanguardia del desarrollo tecnológico mundial en materia de energía hidroeléctrica, nuclear y de otras energías renovables".

"Tenemos muy claro que ésta es una empresa de tecnología y prestamos especial atención a la mayor innovación, con un proceso de desarrollo de inteligencia artificial para la ingeniería de nuestros productos y eso nos posicionó como los mejores del mundo", en varios de los distintos proyectos en los que participa, aseguró Fernández.

En la actualidad, la firma está cumpliendo con varios de los mas grandes proyectos energéticos del país.

Es el caso de la represa hidroeléctrica de Yacyretá, para la cual IMPSA tiene a su cargo la construcción de las primeras seis turbinas, de las 20 de tecnología alemana, que deberán ser reemplazadas tras corroborarse fallas insalvables en todas ellas a mitad de vida útil.

En el sector hidroeléctrico prestó numerosos servicios durante la pandemia a centrales de todo el país, una unidad de negocios que también cobró importancia dentro de la compañía y que permite evitar la dependencia de técnicos del exterior, sobre todo en tiempos de movilidad acotada.

Para el Parque Eólico Arauco, en La Rioja, la empresa diseñó los aerogeneradores de la primera etapa que ya se encuentra en operación, y aguarda la oportunidad de avanzar con otros 24 molínos que serán parte de la ampliación, una vez que la provincia logre actualizar los contratos de venta de energía con Cammesa.

Finalmente, IMPSA tiene a su cargo el diseño, fabricación, transporte y montaje del conjunto del recipiente de presión del primer reactor nuclear argentino para generación de energía conocido como Proyecto Carem 25, un producto modular que es de completo diseño nacional y netamente de exportación.

Se trata de la única empresa en Latinoamérica con Certificación ASME N para el diseño y fabricación de componentes nucleares clase 1, y a lo largo de sus 40 años proveyó gran parte del equipamiento pesado para la Central de Atucha II y la Central Nuclear Embalse (CNE).

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