Debido a la cuarentena con que se trata de proteger a la sociedad de la pandemia de coronavirus, la situación económica de muchas actividades está al borde del colapso. El gerente de operaciones de Playland Park, Diego Kuss, explicó que la prioridad es mantener el puesto de trabajo de 350 empleados de los negocios nucleados en la Asociación Argentina de Parques y Atracciones (AAPA) -son más de 35 en los dos locales de Mendoza- pero que con ingresos en cero, se hace casi imposible.
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El ejecutivo de la empresa que se dedica al entretenimiento de los más chicos, con 50 años de vida y sucursales en todo el país, indicó que saben que "vamos a ser los últimos en abrir", y que están cerrados desde el 20 de marzo, sin poder facturar ni generar ingresos. Playland Park tiene dos sucursales en Mendoza: Palmares Open Mall y La Barraca Mall, con más de 30 empleados.
Una actividad en riesgo de colapso
Si bien Playland Park es una gran empresa con presencia en las principales capitales y centros turísticos del país, representa también la situación que viven otros negocios del rubro, empresas familiares, como peloteros o salones de fiestas infantiles que desde que se decretó la cuarentena no han podido tener ingresos.
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"Playland tiene 350 empleados en el país, y estamos tratando de cuidar esos puestos de trabajo como si fueran oro, hoy es nuestra prioridad máxima, incluso antes que el pago de otros gastos fijos. Afortunadamente el Estado nos está ayudando con el pago del 50% de los salarios. Sin embargo, el 50% de 350 empleados, sigue siendo un volumen de dinero sumamente importante, con un ingreso cero", explicó Diego Kuss.
"Hay algo que es muy preocupante, y es que no tenemos un escenario donde no se ve una próxima posibilidad de apertura. Ya hemos perdido las vacaciones de invierno, que para nosotros son el 20% de la facturación anual. Hemos perdido uno de los picos (de recaudación) del año, y estamos viendo que corre riesgo la apertura del otro pico: las vacaciones de verano", detalló el ejecutivo, que agregó otro detalle importante; "Hay un problema grave, y es la incertidumbre y la falta de certezas respecto a cuánto va a durar esta situación. Así no podemos planificar, y el dinero se acaba. Hay que seguir pagando expensas en los locales donde estamos. Se sigue pagando luz, tasas municipales, etcétera".
Respecto a los gastos fijos, Kuss indicó: "Nosotros operamos en un 99% en shoppings, donde, si bien no nos están cobrando los alquileres, dándonos una gran mano, sí hay que pagar las expensas, especialmente en aquellos shoppings que están abiertos al público, aunque nosotros no", dijo.