Por si hacía falta algo más, la ubicación más sureña de Curaçao hace que sea un refugio durante la temporada de huracanes, que no golpean esta isla como sí lo hacen con otras zonas de el Caribe.
Un paraíso poco concurrido
Cuatro idiomas diferentes resuenan en las calles coloridas de Curazao, donde la diversidad cultural moldea cada aspecto de la vida cotidiana.
Proyectos artísticos impulsados por la comunidad local transformaron los barrios históricos en galerías al aire libre que sorprenden en cada esquina.
La escena gastronómica local experimenta un renovado impulso que fusiona sabores tradicionales con propuestas innovadoras.
Mercados tradicionales como el Marshe Bieu preservan la autenticidad de la cocina local, donde los aromas del okra y las tortillas de calabaza invitan a probar los sabores auténticos de la isla.
Willemstad, la capital declarada Patrimonio de la Humanidad por UNESCO, despliega su arquitectura holandesa en tonos vibrantes que la convierten en una de las ciudades más fotogénicas del Caribe.
Los amantes del buceo encuentran en las aguas de la isla un paraíso submarino con arrecifes prístinos y fascinantes naufragios como el MV Superior Producer.
Las mejores playas esperan en el extremo oeste, donde Playa Lagun seduce con sus aguas cristalinas perfectas para el snorkel y sus acantilados imponentes.
Entre julio y noviembre, la isla celebra dos eventos culturales destacados: el Festival North Sea Jazz y el Festival Kaya Kaya, que muestran la vibrante escena artística local.
Qué se puede hacer la isla de Curaçao
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Esta isla tiene una arquitectura única en la región.
Estas son las experiencias que ningún viajero debería perderse en Curazao:
- Los recorridos a pie por los barrios históricos de Punda y Otrabanda, donde guías locales revelan secretos de la arquitectura colonial, la historia y el arte callejero que transformó estos vecindarios
- La exploración de Hofi Mango, un parque natural que alberga un antiguo ingenio azucarero y una destilería de ron, perfecto para combinar con una caminata al Monte Christoffel
- Una visita al Museo Kurá Hulanda, que narra con profundidad la compleja historia de la esclavitud desde el puerto donde muchas personas esclavizadas pisaron América por primera vez
- Un día de playa en Klein Curazao, un islote deshabitado de arena blanca a solo seis millas de la costa, ideal para practicar snorkel en sus corales multicolores
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Las conexiones aéreas desde Miami, Nueva York, Charlotte y Atlanta facilitan el acceso a esta isla que preserva celosamente su carácter auténtico lejos de las rutas más transitadas.
Los viajeros encuentran en Curazao ese equilibrio perfecto entre cultura rica y vacaciones playeras que pocos destinos logran ofrecer.