Tras sufrir las consecuencias de una mordedura de yarará, a principios de diciembre, un camionero de 44 años murió en las últimas horas tras una descompensación mientras se encontraba internado. Pese a que el equipo médico que lo atendió tras ser internado confirmó la aplicación del suero antiofídico, el veneno de la víbora ya había generado un daño severo en el organismo.
El lamentable episodio ocurrió en las últimas horas mientras el hombre se encontraba internado en un hospital de la ciudad de Cipolletti, Río Negro, luego de presentar graves síntomas haber sufrido una mordedura de la víbora durante un viaje que realizaba en su camión.
La víctima identificada como Miguel Esteban Contreras, oriundo de Bahía Blanca, comenzó a manifestar el pasado 6 de diciembre dolores intensos en los riñones y en una pierna, además de un cuadro de hemoptisis, de acuerdo a lo informado por medios de la región.
El incidente se produjo durante un viaje que Contreras realizaba conduciendo su camión, en cercanías de Cipolletti, en Río Negro, y cerca de las 3 de la madrugada descendió del vehículo para ir al baño en una zona oscura al costado de la ruta.
La hija del camionero, Oriana Contreras, relató que el hombre sintió una mordedura en ese momento, aunque no logró identificar al animal por la falta de visibilidad. “Sintió que algo lo mordió, pero no pudo ver qué era”, explicó la joven en diálogo con medios locales, relatando las horas previas al momento de la internación.
Con el correr de las horas, el estado de salud de Contreras se agravó y el camionero pidió auxilio al personal de la Policía Caminera, que lo trasladó de urgencia al Policlínico de Cipolletti. Al momento de ser asistido, los médicos sospecharon que podría tratarse de una mordedura de yarará y aplicaron el antídoto correspondiente, aunque advirtieron que la consulta se había realizado de manera tardía.
“La situación ya era grave cuando llegó al hospital”, indicaron fuentes del establecimiento sanitario. Su hija explicó además que “el veneno seguía circulando en el cuerpo y le provocaba una baja abrupta de glóbulos rojos”, por lo que debió ser sometido a transfusiones de sangre de forma continua durante los días posteriores.
Más allá del esfuerzo de los médicos, el hombre, quien tenía tres hijas de 23, 20 y 16 años, falleció en horas de la madrugada de este lunes como consecuencia de las complicaciones derivadas del envenenamiento, y tras los correspondientes trámites de rutina, entre ellas la autopsia para determinar las causas de muerte, será trasladado en las próximas horas a Bahía Blanca para su despedida.
Tras este fatal incidente, las autoridades sanitarias recordaron que las mordeduras de yarará requieren atención médica inmediata, ya que el tiempo es un factor clave para evitar desenlaces fatales.





