Naturaleza

El agujero de la naturaleza más profundo del mundo: más de 2.000 metros de profundidad

El agujero natural más profundo del mundo no presume de su magnitud, lo que lo hace extraordinariamente impresionante

El agujero natural más profundo del mundo no se anuncia con grandilocuencia. Está ahí, en el silencio de la naturaleza, escondido entre montañas del Cáucaso, como si la Tierra hubiera decidido guardar uno de sus secretos más extremos bajo una entrada discreta.

Su nombre es la sima de Veryovkina, y con 2.212 metros de profundidad, es el punto más hondo del mundo al que ha llegado el ser humano siguiendo un vacío creado solo por la naturaleza.

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El agujero de la naturaleza más profundo del mundo: más de 2.000 metros de profundidad

Esta maravilla de la naturaleza no fue excavada. Fue pacientemente tallada por el agua, gota a gota, durante millones de años. El proceso es lento, casi invisible a escala humana, pero implacable. El agua se filtra por la roca caliza, la disuelve, la debilita, y finalmente abre un camino vertical hacia el interior del mundo.

La entrada de esta cueva, en el macizo de Arabika, no anticipa lo que sigue. Basta un paso para que el mundo cambie. La luz desaparece rápido, el aire se vuelve húmedo y el descenso comienza a sentirse más como una caída que como una caminata. Dentro de Veryovkina no hay grandes salas turísticas ni senderos amables. Hay pozos interminables, ríos subterráneos helados, cascadas que se pierden en la oscuridad y un frío constante que cala más en la mente que en el cuerpo.

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Como es explorar esta cueva única del mundo

Explorar esta maravilla subterránea, una de las más profundas del mundo, exige semanas de esfuerzo constante bajo tierra. Los espeleólogos instalan campamentos a distintas profundidades, duermen en hamacas suspendidas sobre el vacío y avanzan metro a metro, conscientes de que cualquier error puede ser irreversible. Aquí no hay velocidad ni espectáculo, solo concentración, paciencia y un respeto absoluto por la naturaleza. El récord no es una meta deportiva; es una consecuencia natural de la dedicación y del conocimiento acumulado.

En 2018, una expedición alcanzó el punto más profundo conocido, donde un sifón completamente inundado marca el límite actual de la exploración humana. Más allá, la cueva continúa su interminable descenso, recordándonos que, en la naturaleza del mundo, existen misterios que el cuerpo humano aún no puede acompañar.

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