Historias de vida

Tuvo un grave accidente e inventó simuladores de choque para crear conciencia vial

Pablo Triviño creó un simulador que imita los efectos de un accidente de tránsito a pocos kilómetros por hora, pero que deja conmocionados a quienes los utilizan

El 5 de julio de 2006 a Pablo Triviño le cambió la vida. Podría haber muerto en el accidente de tránsito que protagonizó el micro en el que viajaba hacia Mendoza, desde Río Negro. Pero no ocurrió. Lo que sí ocurrió es que no sólo vivió para contarlo, sino que además, sus metas cambiaron.

Luego de una larga recuperación, ya que él viajaba en la parte superior del colectivo y salió despedido por la ventanilla frontal, Pablo decidió dedicarse a crear conciencia vial. Todo esto incentivado por la determinación de su hija Martina, quien ese entonces tenía 13 años y quiso que la experiencia que le había tocado vivir a su papá no fuese en vano.

Así nació la que hoy es SCV group, la empresa de simuladores de conducción virtual de la que tanto él como su hija, son dueños.

Crear conciencia

Casi nadie puede explicar con palabras lo que siente una persona que protagoniza un accidente de tránsito. Quizás este fue el motivo por el que Triviño decidió dejarlas de lado y pasar a la acción.

Simulador de Choque - Pablo Triviño (1).jpg

Comenzó produciendo un simulador de carreras, en el que se podía emular la conducción normal de un vehículo.

"Sin embargo, este simulador nos quedó chico, y con Martina comenzamos a estudiar cómo lograr nuestro objetivo".

Así nacieron varias ideas: creación de gafas de simulación, que imitan la situación de conducir bajo los efectos del alcohol y las drogas, gafas y cascos de realidad virtual 360°, que permiten que las personas que las usen de alguna manera vean lo que ocurre en el momento de un accidente, y el simulador de impacto.

Este último se merece un párrafo aparte, ya que es el único que reproduce con personas físicas y con maniquies, lo que puede sucede al impactar con velocidad, contra otro cuerpo rígido.

Simulador de Choque - Pablo Triviño (5).jpg

Para trabajar con personas reales, el impacto que se simula es a sólo 5 km por hora, y transitando una distancia de 10 metros. Así y todo, relata Triviño, el efecto que se genera es muy impresionante, sobre todo desde el punto de vista psicológico.

Más allá de esta velocidad, la simulación se realiza con maniquies que presentan características similares a las de personas reales.

"Muchos chicos bajan del simulador y lo único que dicen es lo importante que es usar el cinturón de seguridad", manifestó el dueño de la empresa de simuladores.

Para quienes trabajan

Triviño contó que su empresa, que ha recibido muchos premios nacionales e internacionales, trabaja por encargo, para distintas instituciones, generalmente para las áreas de tránsito de los municipios.

Pero también se han involucrado mucho en la educación vial escolar,

"Tenemos un programa para llevar educación vial a las escuelas, en el que trabajamos bastante, ya que tenemos armadas muchas actividades para realizar con los chicos", explicó Triviño y agregó que, su mayor objetivo, es crear conciencia de los peligros y las responsabilidades que genera la conducción.

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