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Canas y cambios en el pelaje: El pelaje de los animales también refleja su edad. Es común que los perros desarrollen canas en el hocico, especialmente en razas de pelaje oscuro. En los gatos, el pelo puede volverse más opaco y perder brillo.
Problemas de movilidad: Artritis, rigidez y dificultad para subir escaleras o saltar son señales claras de envejecimiento. Si tu mascota parece más torpe o se muestra reacia a moverse, es momento de una visita al veterinario.
Cambios en el apetito y el peso: El metabolismo se ralentiza con la edad. Una disminución en el apetito o cambios en el peso, ya sea aumento o pérdida, pueden indicar no solo envejecimiento, sino problemas de salud asociados, como diabetes o enfermedades renales.
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Alteraciones en el comportamiento: Las mascotas mayores pueden volverse más irritables, desorientadas o menos sociales. Algunos incluso presentan signos de disfunción cognitiva, similar al Alzheimer en humanos.
Problemas de visión y audición: Si tu mascota no responde como antes a los sonidos o se choca con objetos, podría estar perdiendo vista o audición. Estos cambios suelen ser graduales y pasan desapercibidos al principio.
Cuidar a una mascota mayor requiere paciencia, atención veterinaria regular y mucho amor. Adaptar su alimentación, rutinas y entorno puede marcar una gran diferencia en su bienestar.