Hay historias que nacen en el silencio de un taller, entre el olor a madera recién cortada y la angustia de los tiempos difíciles. Historias que parecen pequeñas, casi domésticas, pero que en el fondo encierran una fuerza enorme: la de dos personas que se niegan a rendirse. Esa es la historia de Julio Cáceres, de 58 años, un carpintero de toda la vida, y de Giuliano Saini, su hijo del corazón, un joven de 20 que cada día aprende cómo construir futuro con creatividad y con fe. Ambos viven en Rivadavia, en el este mendocino, y hasta hace apenas semanas estaban atravesando una temporada dura, con poco trabajo y pocas ventas. Lo que nunca imaginaron es que la salida aparecería en forma de pinitos de Navidad hechos con retazos y un video subido a TikTok.
TikTok con pinos navideños y un milagro laboral: el dúo que pasó de la desesperación a venderle a todo el país
La historia de Julio y su hijo del corazón, quienes transformaron restos de melamina en pinitos navideños y, gracias a un video viral, despachan pedidos al país
Llevaban meses con trabajos intermitentes. Julio, dedicado a la carpintería desde siempre, veía cómo la demanda caía y los encargos se volvían esporádicos. Giuliano, por su parte, intentaba sostener su negocio de venta de productos materos, que venía funcionando, pero desde hacía muy poco tiempo. Él mismo lo cuenta con sinceridad: “Sí, como todo, estamos pasando por tiempos difíciles. A mí, por suerte, nunca me fue tan mal Pero sí, por ejemplo, la venta, el tema del trabajo, como a Julio en esta temporada, le ha bajado bastante”.
La desesperación que hizo que naciera el emprendimiento de pinos navideños
A veces, la necesidad llama a la creatividad con una fuerza irresistible. Una tarde, rodeados de restos de melamina que quedaban en el taller, entendieron que quizá ahí mismo estaba la oportunidad. “Cuando uno está como en medio de una situación de desesperación, busca el ingenio y busca ver qué oportunidades pueden surgir por otros lados. Entonces, bueno, la idea de los pinitos navideños surge de la desesperación, básicamente. No estaba habiendo mucho trabajo y había retazos de melamina, muchos retazos en la carpintería”, recuerda Giuliano.
Julio en su taller de Rivadavia. Los pedidos de pinitos de navidad no merman y está feliz de cerrar el año de esta manera.
Julio tomó un pedazo de melamina, lo miró, midió, cortó y ensambló. Del otro lado apareció un pequeño pino de Navidad: sencillo, rústico, luminoso. Un trabajo honesto, hecho con manos que conocen el oficio. Probó otros modelos, cambió ángulos, jugó con alturas. Y así nació el producto que, sin saberlo, cambiaría su economía familiar.
El primer paso fue salir a ofrecerlos en la zona, negocio por negocio, mirando a los ojos a quienes quizá podían comprar los pinos navideños. “Vimos un modelo, lo mejoramos y bueno, salimos a ofrecer por acá, por la zona, por Ciudad de Mendoza, y no nos daban mucha bolilla. Nos pedían el número de teléfono, nos decían que nos iban a contactar y demás. Se realizaron algunas ventas pero pocas”.
En otro tiempo, ahí habría terminado la historia. Pero Giuliano pertenece a una generación que entiende que las redes sociales pueden abrir puertas inesperadas. Y la chispa se encendió. “Entonces dijimos: ¿cómo podemos vender más? Se me ocurrió la idea: vamos a subir un video en TikTok mostrando lo que hacemos, que estamos vendiendo y demás”.
Julio no se animaba a subir videos a TikTok, pero el éxito fue rotundo
Julio, como tantos artesanos de oficio, tenía sus reparos. No se veía bailando, ni posando, ni hablando frente a una pantalla. Le costaba imaginar qué tenía que hacer él en TikTok. Pero Giuliano insistió, lo convenció y, juntos, apretaron el botón de publicar.
Lo que pasó después fue el comienzo de algo sorprendente.
El primer video consiguió 60.000 visualizaciones en 24 horas. Más que todo lo que habían logrado caminando durante semanas. Con eso solo ya habían ganado terreno. “Realizamos algunas ventas, entonces dijimos: no podemos dejar esto así, tenemos que subir otro”.
Un pinito terminado. Una decoración perfecta para Navidad.
Y subieron otro. Ese segundo video hoy está a punto de alcanzar los 3 millones de visualizaciones. Tres millones. Mientras el país entero se preparaba para diciembre, los pinitos de melamina hechos en un pequeño taller de Rivadavia aparecían en pantallas de todo el país. Y las ventas explotaron.
“De un día para el otro, de no tener casi ventas, de tener pocas, explotaron las ventas y ahora estamos realizando envíos a todo el país”, cuenta Giuliano, todavía sorprendido. No solo compran particulares; empresas de otras provincias los buscan para regalos institucionales, sobre todo porque también los personalizan y los entregan grabados.
"Nunca imaginamos esta cantidad de pedidos de todo el país", dijo Giuliano, que conoce de redes y de videos de TikTok.
La dinámica entre ambos se volvió perfecta: “Yo creo que nos complementamos bastante lo que es el oficio con todo lo que es la venta online. ¿Por qué? Porque, por ejemplo, creo que hacemos un buen equipo. Julio está con todo el tema de la fabricación y yo me dedico a todo lo que es el marketing en redes, hacer la logística, despachar los envíos y demás”.
Mientras Julio corta, lija y ensambla cada pieza, Giuliano contesta mensajes, arma pedidos, coordina envíos y gestiona redes. Entre ambos ya llevan vendidos alrededor de 2.000 pinos. Dos mil objetos navideños hechos con restos que, hace apenas unos meses, estaban destinados a la basura.
"Probamos, les buscamos la forma y los comenzamos a ofrecer en TikTok. El éxito fue rotundo", detalla Giuliano.
En una economía áspera, donde muchos sienten que el viento sopla en contra, esta historia abraza algo profundamente humano: la capacidad de reinventarse. La unión entre generaciones. La magia que aparece cuando alguien decide creer en lo que hace y mostrarlo al mundo.
Julio, desde su taller, y Giuliano, desde su local donde vende productos materos, hoy celebran la posibilidad de volver a empezar. Celebran que un padre del corazón y un hijo de 20 años pueden sostenerse mutuamente en un momento difícil y construir algo valioso desde un rincón del mapa.
A veces, basta un pino de melamina para encender una Navidad distinta.
Quienes quieran ver los productos o seguir la historia pueden hacerlo en Instagram: @maketermos.








