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Según la ciencia veterinaria esto ocurre si tu perro come huesos de pollo

Los especialistas en veterinaria canina advirtieron lo que les ocurre a los perros que consumen huesos de pollo

Como los humanos, la salud no es lo único que debemos cuidar de los perros, si no que debemos prestarle principal atención a la alimentación ya que esto muchas veces puede evitar o ayudar a combatir ciertas patologías o complicaciones en la salud. La ciencia veterinaria ha alzado la voz respecto a uno de los problemas más comunes que tienen los dueños con sus mascotas: ¿Los perros deben comer hueso de pollo?

Los especialistas en veterinaria canina llevan tiempo ocupando un rol educador con los dueños de los perros, no solo atendiendo a la mascota, sino también dando consejos que son vitales para el cuidado del animal. Como siempre se habla del consumo de alimentos humanos por parte de la mascota, desde el área de salud animal explicaron qué ocurre si el perro come huesos de pollo.

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Qué pasa si mi perro come hueso de pollo

Constantemente los especialistas en veterinaria explican y detallan cuáles son los alimentos humanos que no deben ser consumidos por los perros, ya que pueden ser perjudiciales para su salud e incluso letales. Aunque también existen algunas comidas que pueden ser muy positivas para su organismo.

La polémica de si los perros deben o no comer huesos lleva muchos años, y es que muchos justifican que tiene consecuencias positivas en el animal como puede ser el afilar sus dientes, entre otros beneficios.

La realidad es que los especialistas en veterinaria canina aseguran que esto puede generar una gran cantidad de riesgos para el perro, siendo la mayoría de ellos verdaderamente graves.

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Entre los motivos por el cual no se recomienda el consumo de los huesos a los perros aparecen problemas como laceraciones, cortes o incluso fracturas dentales. Esto no termina ahí, ya que puede implicar hasta problemas respiratorios por obstrucción, generando la posibilidad de que el animal fallezca ante un posible caso de asfixia.

Lo digestivo también puede ser víctima del consumo de huesos por parte del perro y es que puede provocar gastroenteritis, úlceras, o hasta perforaciones gástricas.

De acuerdo a lo que señala la ciencia veterinaria los huesos no son una fuente de calcio ni fósforo, y en caso de que el perro lo consuma, hay más chance de que le haga daño que beneficiarlo.

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