“Fue terrible. Algo que nos shockeó a todos los que estuvimos ahí. Algo que no olvidaremos jamás”. Ramón Osvaldo Domínguez tiene hoy 54 años y hace cinco, el 7 de febrero de 2014, fue uno de los hombres que intentó salvar a la mayor cantidad de víctimas posibles del tremendo accidente frontal entre un micro de larga distancia y un camión que circulaba en contra mano por la ruta 7, a la altura del departamento de San Martín.

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Ramón es parte del equipo de Defensa Civil de la comuna. Ese día, poco después de las 17.44, hora en que se produjo el choque, fue uno de los primeros en llegar. “Ya se había iniciado el incendio y era muy difícil acercarse”, dice.

Hoy, a las 17.44, familiares y funcionarios municipales inaugurarán en el lugar de la tragedia un cenotafio, un monumento funerario que recordará a las víctimas.

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Fueron 16 muertos, 13 de los cuales quedaron carbonizados y varios de esos cuerpos mutilados. Hubo 14 heridos. 

“Creo que todos los que estuvimos ahí, cambiamos ese día. Es imposible olvidar. Por ejemplo a mí, desde ese momento, se me transformó en una obsesión trabajar en prevención, en campañas de concientización. Es la única forma”, cuenta.

El micro de la empresa Mercobus había salido el 7 de febrero a las 7.30 de Córdoba. Tenía que llegar a la terminal de la ciudad de Mendoza a las 18.10. El choque se produjo a las 17.44 en el kilómetro 1.010 de la ruta 7.

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En contramano circulaba un camión de la empresa brasileña AMC, que transportaba ajo y que era conducido por el chofer brasileño Genesio Mariano. Viajaba a gran velocidad y el conductor supuestamente estaba bajo los efectos de drogas y alcohol.

Las compañías de seguros han ido respondiendo a las demandas entabladas por los sobrevivientes y los deudos de los fallecidos.

El expediente penal solo ha arrojado una sola condena. El policía José Torres fue inhabilitado por 8 meses y debió pagar una multa de $2.000. Estaba de guardia en la comisaría 25 y no le prestó atención a un hombre que, a las 14, denunciaba que un chofer brasilero conducía posiblemente ebrio por Guaymallén.

Fue el único condenado. Nadie del 911, que tampoco respondieron con acierto, resultó castigado. Nadie.

Por supuesto que Genesio Mariano, el principal responsable, pagó sus culpas con la vida.

Ramón Osvaldo Domínguez dice que ese día cambió su manera de ver la vida. Que comenzó una especie de campaña personal para generar conciencia en el manejo. Y en generar solidaridad. “Ese día uno de los problemas más grandes que tuvimos para trabajar en la emergencia, fue la dificultad de mantener lejos a la gente que se acercaba para sacar fotos o filmar con sus celulares. Hoy, apenas ocurre un accidente, la gente saca el celular en lugar de agarrar un matafuegos. Hay que trabajar para cambiar eso”, dice.

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