Según el jefe comunal, los especialistas si recomiendan trasladarlo a un santuario marino, un lugar donde pueda nadar libremente pero sin salida al mar abierto. Por tanto han hecho consultas con lugares como Temaiken y Mundo Marino, e incluso con el Ecoparque de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, pero ninguno se mostró interesado en el alojar al famoso tortugo por lo complejo del proceso de traslado y la condiciones de vida que deben cumplirse para alojarlo.
"Es una situación que hay que atender con mucha responsabilidad y estamos comprometidos a analizar su situación con una mesa de profesionales idóneos", admitió Ulpiano Suarez.
Con el fin de repensar el fin de espacios como el acuario municipal, más asociado al turismo de exhibición, la gestión de Suarez busca generar un Centro de Conservación de la Biodiversidad que incluya a todas las ecoregiones de Mendoza, que permita preservar a las más de 300 especies que hoy viven en el acuario.
Un tortugo que generó un hábeas corpus
Desde su arribo al acuario municipal, el tortugo Jorge se llevó todas las miradas. Pero no sólo los visitantes, estuvieron pendientes de él, también lo hicieron los distintos intendentes de la Ciudad, desde Víctor Fayad a la actualidad.
En el 2012 cuando se remodeló el acuario todos pusieron la lupa en la pecera de Jorge y no faltó quien cuestionara su larga estadía en cautiverio, pero este año la situación se trasladó a la Justicia, ya que un grupo de abogados ambientalistas presentaron un hábeas corpus para que fuese liberado.
A fines de abril pasado Vanesa Lucero, María Aguilar y el especialista Oscar Mellado, presentaron esa medida judicial solicitando que Jorge fuese tratado como “un sujeto de derechos esenciales, como la libertad”, más allá de comprender que es un “animal viejo”.