Existe un viejo truco de jardinería y vinagre que puede proteger, revivir y salvar a tus plantas. El vinagre tiene propiedades antifúngicos y ácidas que sirven para eliminar los hongos de las superficies.
Justamente, las plantas se encuentran en constante exposición a la humedad y la plagas fúngicas que pueden deteriorar sus hojas, tallos y raíces si no se tratan a tiempo.
Puedes combatir las plagas de hongos gracias al vinagre. Para realizar esta técnica en el hogar, simplemente debes colocar en un pulverizador partes iguales de agua y vinagre y rociar las hojas de las plantas, o la tierra.
El ácido del vinagre regula el pH de las plantas del hogar y el sustrato de las mismas. Además, evita la acumulación de cal, sarro o minerales que provienen del agua del grifo en la tierra.
El olor intenso del vinagre puede espantar a ciertos insectos que llegan a las plantas en busca de alimento. Por ejemplo, elimina las moscas de la fruta o los insectos que aparecen en el interior de la casa.
Finalmente, el vinagre proporciona hierro a la tierra de las plantas, un elemento clave para su desarrollo y crecimiento sanos. Sin embargo, hay que medir bien la proporción de vinagre y la frecuencia de riego con este ingrediente, ya que, en exceso, puede ser malo.
La planta de potus adora la humedad del ambiente. Esta especie disfruta mucho de los espacios húmedos como el baño o la cocina, pero, esto no significa que le guste el agua excesiva en la tierra. Prefiere un sustrato drenado y apenas mojado.
En cuanto al sol, el potus es una planta que necesita de bastante luz para crecer, pero no disfruta de las habitaciones o espacios del hogar con sol directo. Sus hojas se queman fácilmente, aparecen manchas marrones y poco a poco pierden fuerza sus tallos.
Es importante trasplantar la especie y cambiar de maceta cada cierto tiempo. Las raíces del potus necesitan espacio para crecer y muchos nutrientes, por eso lo mejor es renovar la tierra o abonarla con frecuencia.