La psicología indica que al concentrarnos en un problema o en una tarea, fruncimos el ceño como una forma de enfocarnos y bloquear distracciones; mientras que también está relacionado con la ansiedad y el estrés, en ese caso, puede expresar incomodidad o frustración.
Hay personas que tienen el hábito de hacerlo porque lo ha desarrollado a lo largo del tiempo, por lo tanto, lo hacen de manera inconsciente cuando están pensando, incluso aunque no estén experimentando ansiedad o estrés.
Ceño2.jpg
Las personas que fruncen el ceño lo hacen para expresar diferentes sensaciones.
¿Por qué las personas fruncen el ceño cuando se comunican?
Por otro lado, también se produce cuando estamos hablando con otra persona y lo recomendable es evitarlo porque podemos proyectar una imagen negativa hacia los demás, además de afectar nuestro bienestar físico y emocional.
Sin dudas, con el tiempo puede desencadenar la formación de arrugas en la frente, siendo indicativo de un estado emocional crónico que debemos evitar, como la ansiedad. Al poder ser consciente de nuestras expresiones faciales podemos aprender a modificar el comportamiento fomentando una comunicación más abierta y positiva.
La cultura también atraviesa la manera de expresarnos, al igual que el contexto en el que estamos inmersos. En gran parte de Occidente se asocia con emociones negativas y se relaciona con el enojo o la desaprobación. Por otro lado, en algunas tradiciones asiáticas, no tienen las mismas connotaciones.
Los especialistas en comunicación no verbal también indican que el significado detrás de fruncir el ceño puede cambiar según el contexto de la conversación. Mientras que una discusión representa desacuerdo, en un contexto de escucha activa es una señal de estar procesando información y atención.
Por lo tanto, hacerlo es un espejo de nuestras emociones y reacciones en un entorno social.