Sin embargo, Montserrat Beltrán, experta en Feng Shui, asegura: "Dormir en una habitación totalmente blanca arruina tu descanso e incluso tu relación". Beltrán también asegura que los colores en el dormitorio no son una cuestión puramente estética, sino que afectan directamente en el descanso y en nuestra calidad de vida.
"Un dormitorio totalmente blanco es como estar en el Polo Norte. Cuando tú tienes frío, ¿qué haces? Te encoges. La comunicación ahí no sale. Te vuelves rígido", explica Beltrán.
Además, la teoría del Feng Shui asegura que el blanco absoluto carece de calidez, no favorece la conexión emocional ni el confort profundo que requiere un espacio tan íntimo.
Es por ello que, en caso de tener una habitación de color blanco, lo mejor es llenarla de color con textiles, con plantas, con muebles de madera, con cuadros, etc.
El mejor color para una habitación es el azul, ya que el mismo está asociado a la calma. Para el Feng Shui, el color azul está relacionado con el agua, y representa movimiento emocional constante. "El azul es de paz, pero ojo. En el dormitorio necesitamos otro tipo de paz. El descanso lo necesitamos en tierra", explica Beltrán.
Sin embargo, no hay que exagerar con el color azul, ya que cuando lo usamos en las paredes, en el techo y en la decoración, los ambientes pueden tornarse fríos, tensos y emocionalmente inestables.
Otros tonos que sirven para colocar en la habitación son los tierra, como los beiges, arenas suaves, durazno claro, rojo y naranja (pero no en exceso).