Por lo general, existen algunos relojes analógicos donde el número 4 está representado en números romanos como IV. Sin embargo, en algunos ejemplares se escribe IIII.
Por lo general, existen algunos relojes analógicos donde el número 4 está representado en números romanos como IV. Sin embargo, en algunos ejemplares se escribe IIII.
Originalmente, el sistema de numeración romano, el cual es derivado del que empleaban los etruscos, se basaba en el método aditivo.
En concreto, I más I eran II, V más I eran VI, y II más II eran IIII. Con el paso del tiempo, se comenzó a utilizar le método sustractivo, mediante este sistema el número anterior resta su cantidad al siguiente. Es por ello que, en lugar de escribir 4 como la suma de 2 más 2 (IIII) se escribió como la resta de 5 menos 1 (IV).
El Instituto Británico de Relojería asegura que este cambio en la escritura de los números tiene su origen en motivos estéticos. Los cuatro caracteres IIII crean una simetría visual con su opuesto en la esfera VIII, también de cuatro dígitos, que el IV no consigue.
Por otro lado se dice que, en el año 1370, el relojero Henry de Vick recibió el encargo de realizar un reloj que se colocaría en la torre del Palacio Real de Francia (el cual se conoce como La Conciergerie o el Palais de la Cité). El rey Carlos V de Francia recriminó al artesano el haber representado el 4 como IV.
Rápidamente el relojero señaló que era así como se escribía, pero Carlos V (apodado El Sabio) respondió enojado: "El Rey nunca se equivoca". Por tanto debió continuar el uso del IIII. El reloj fabricado por de Vick continua colocado allí.
Otra teoría de este cambio en los números dice que un relojero suizo confeccionó un reloj encargado por su soberano, pero cometió el error de representar el número 4 como IIII y no IV. El rey mandó ejecutar al artesano y, como protesta ante tal hecho y homenaje, todos los colegas de profesión del relojero decidieron utilizar el IIII en vez de IV.