Denunció que fue "manoseada"

Periodistas denunciaron abuso sexual en la Casa de Gobierno de Tucumán

La periodista Carolina Ponce de León denunció que sufrió abuso sexual en plena cobertura de las elecciones generales, lo que animó a otra colega a contar que vivió una situación similar en las PASO

Por UNO

(Editado por Marcos Barrera) La periodista Carolina Ponce de León, de radio Universidad, denunció que sufrió abuso sexual en plena cobertura de las elecciones generales del pasado domingo en la Casa de Gobierno de Tucumán. Tras la sucedido, la también periodista Mariana Romero se animó a contar lo que vivió en el mismo sitio el 12 de octubre para las PASO.

Ponce de León, en diálogo con eltucumano.com, contó que camino al Salón Blanco de la Casa de Gobierno de Tucumán fue encerrada por tres hombres: " Uno me metió la mano por adelante, otra por atrás, yo me puse la cartera entre las piernas para frenar esto un poco. En eso, a una de estas personas se le enganchó un anillo en un gancho que tiene mi cartera. Me daba tanta vergüenza la situación, quería llegar hasta donde estaban mis compañeras que se dieron cuenta de que algo me pasó por mi cara, me puse a gritar".

La periodista confirmó que luego del episodio vivido realizó la denuncia en la Comisaría Primera, ubicada a pocas cuadras del lugar de los hechos.

"Hice las dos denuncias, en la Comisaría 1º, y en la Fiscalía. Tuve que volver ayer lunes para describir a las personas. Solamente pude ver a las personas por su ropa, pero no puedo decir de qué lado o partido son, la verdad es que entraba cualquiera", agregó Carolina, sobre la identidad de los presuntos atacantes.

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Tras lo sucedido, la también periodista Mariana Romero reveló con un hilo en Twitter lo que vivió el pasado 12 de octubre cuando se llevaron a cabo en el país las PASO (elecciones primarias, abiertas, simultáneas y obligatorias).

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El relato de Mariana Romero:

"La noche de las PASO me tocó cubrir todo el discurso del gobernador con la mano de un desconocido tocándome con fuerza el trasero. Fue en la Casa de Gobierno. No dije nada y hoy me arrepiento, si hubiera hecho lo correcto, quizás no le hubiera pasado lo mismo a mi compañera.

Esa noche, a la conferencia de prensa en Salón Blanco hicieron entrar a muchas personas que no eran trabajadores de prensa. Fanáticos que estaban ahí solo para aplaudir. Cuando el gobernador empezó a hablar, ellos se mezclaron con la prensa.

Yo sentí que alguien me manoseaba de una manera tan fuerte y descarada que pensé que era alguna de mis compañeras intentando acomodarme algo en el bolsillo trasero. Pero no se detenía. El amontonamiento era tal y yo con las dos manos ocupadas, que no podía darme vuelta.

Al final me liberé una mano y agarré la que me estaba manoseando. Me di vuelta y lo vi, el tipo me miró de frente sin expresión alguna. Yo le tenía la mano agarrada por la muñeca. Lo insulté, pero no creo que me haya escuchado con el discurso atronando por los altavoces.

Le solté la mano y me di vuelta, me estaba perdiendo el discurso del gobernador Manzur. Pasé un rato sin problemas, hasta que el tipo me apoyó. Me aleje como pude. Al rato, me puso una mano en la nuca y así terminamos de escuchar el discurso del gobernador.

Esa noche se lo conté a muchos de mis compañeros: ninguno le dio importancia. Yo tampoco. Lo tomé como anécdotas que uno se trae de la cobertura: uno se tropezó, el otro se trabó, al otro se le escapó el candidato, a mí me manosearon.

Cosas que pasan, pensé, pero claro que a ninguno de mis compañeros les pasó tener que cubrir toda una conferencia con una mano en el culo. Cuando digo culo, también digo entrepierna.

Pasó el tiempo. Este domingo, durante las elecciones generales, en el mismo amontonamiento, a mi compañera la manosearon entre tres. Sí, ahí en el Salon Blanco de la Casa de Gobierno, delante de todo el mundo. Ella tuvo la dignidad y la lucidez que no tuve yo: reclamo en voz alta.

Ahí mismo estaba el mismísimo Ministro de Seguridad, pero no la dejaron llegar a él. Encima, una mujer desequilibrada se ofendió porque mi compañera empezó a gritar que así no se puede trabajar. Y la atacó.

Al final, a las compañeras que se prendieron en el reclamo, les terminaron diciendo PERSONAL DE LA CASA DE GIBIERNO que esas cosas no se pueden controlar.

Recién cuando mi compañera puso el grito en el cielo y luego asentó la denuncia en la comisaría me di cuenta de que yo no debería haber naturalizado trabajar con una mano de un desconocido en el culo.

No sé si lo hice como mecanismo de defensa, porque sabía que iba a tener que volver al Salón Blanco y no quería volver con miedo a que me pase lo mismo. O quizás lo minimicé porque todos lo minimizaron y no quise quedar como histérica.

Lo cierto es que si hubiera dicho algo, quizás no le hubiera pasado a mi compañera.

Yo sé que ahora es tarde, pero vengo a dar fe de lo que le pasó a mi compañera. Y a brindarle mi apoyo. Voy a poner su nombre cuando ella lo haga público.

Me avergüenzo de no haberlo dicho antes. Pero no podemos trabajar así. Estas cosas a nuestros compañeros varones no les pasan.

Y espero que, cuando a las compañeras mujeres nos pase, nadie vuelva a minimizarlo. Porque se nos mete en la cabeza que no es importante y que somos unas histéricas.

Pero no. NADIE MERECE TRABAJAR MIENTRAS DESCONOCIDOS TE ESTAN MANOSEANDO EN TUS PARTES ÍNTIMAS".

https://twitter.com/MarianaR31/status/1460717077505970178

El Foro de Periodismo Argentino (FOPEA) emitió un comunicado

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