Pablo está enfermo, lo golpea la crisis y se gana la vida como cartonero

Por UNO
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Pablo Gómez tiene 69 años, desde los 29 que recoge cartones en la calle y es dueño una historia de vida muy fuerte. Canal 7 Mendoza elaboró un informe sobre este humilde y valiente hombre (tenía un pañuelo en el cuello durante la entrevista), quien con su esposa no llegan a fin de mes. La crisis los golpea.

La periodista de El Siete, Marcela Navarro, realizó la nota con este lasherino quien contó que a lo largo de su vida trabajó en la construcción, pintura, jardinería, poda y también fue lustrador de zapatos.

"Para mí es difícil porque no puedo hacer ningún trabajo por la enfermedad y la operación que tuve", relató un sincero Pablo.

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Vive en el Barrio Santa Teresita, de Las Heras, junto a su esposa, su compañera desde hace 25 años.

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Todos los días sale de su casa para ganarse la vida, con su pucho , a pesar de sus enfermedades. Tiene várices internas que le provocan grandes dolores, osteoporosis y le realizaron tres operaciones en el estómago. Nada menos.

"Estoy vivo porque Dios es grande. Salí del hospital pesando 42 kilos. Ahora me estoy reponiendo de a poco", contó el hombre, quien lucía una camisa a rayas.

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Sin dudas que su falta de recursos económicos le complicaron la vida. "Yo no tengo estudios, fui a la escuela hasta superior nomás (el primer grado de ahora). Me dediqué al cartón y al lustrado", señaló con algo de pesar.

Lo llamativo es que esta pareja se casó hace apenas un mes. "Me levanto a las seis de la mañana, empiezo a limpiar la vereda, se levanta él, le hago la leche y seguimos trabajando", dijo la señora de Pablo.

La vida de Gómez es dura porque no le alcanza la plata para llegar a fin de mes. "Hay días que me junto 40 o 50 kilos de cartón, a veces 15 o 20. El kilo lo pagan 4,50 pesos. Hay días que se hacen 100 pesos. Estoy todo el día haciendo esto, se recorre mucho para recoger los cartones", admitió.

Hay un dato llamativo y triste: el matrimonio suma 11.000 pesos en jubilaciones y como cartonero Pablo gana sólo $2.000 por mes.

"El único vicio que tengo es el cigarro. Tomo jugo nada más, no tomo nada de alcohol. Comemos bien", agregó.

La compañera de vida de Pablo contó una intimidad: "A mí me gustan las milanesas con puré".

Pero confió: "No pagamos servicios (la Municipalidad, el agua y demás impuestos) porque no nos alcanza. Hace poco me llevaron el medidor de la luz", contó amargamente.

"Cuando él estuvo internado, tuve que comprarle pañales. ¿qué sueldo me va a alcanzar?", dijo la mujer.

Y Pablo remató con una triste frase que pinta la realidad de Argentina: "Muchas veces dejamos de comprar remedios porque no podemos pagarlos. Con yuyos nos arreglamos".

Pablo sigue luchando y no baja los brazos a pesar de la dura crisis.

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