maletín o valija sin uso (1)
Si tienes en casa una valija o maletín viejo, no lo tires. Tienes un tesoro del reciclaje
- Tienen gran resistencia: la mayoría de las valijas antiguas fueron fabricadas con materiales sólidos, ideales para soportar peso.
- Tienen un diseño retro: su estética vintage le da un toque único y elegante a la decoración.
- Aportan funcionalidad: al convertirse en sillón, no solo se reutiliza, sino que también se gana un mueble práctico y exclusivo.
- Son sustentables: darle nueva vida evita que termine en la basura y fomenta el reciclaje en el hogar.
Cómo convertir una valija en un sillón con patas de madera
Para llevar a cabo esta práctica idea, vas a necesitar:
- 1 valija o maletín rígido en buen estado.
- 4 patas de madera (pueden ser torneadas o rectas, según el estilo).
- Tornillos y escuadras metálicas para fijación.
- Un destornillador eléctrico o taladro.
- Espuma de alta densidad para el asiento y respaldo.
- Tela resistente para tapizar (puede ser lino, pana o ecocuero).
- Pegamento de contacto o engrampadora para tapicería.
- Opcional: barniz o pintura para las patas.
maletín convertido en sillon
Gracias a esta maravillosa idea de reciclaje podrás convertir una valija vieja en un sillón cómodo para tu habitación
Paso a paso:
- Preparar la valija: limpia bien el interior y revisa que esté en buen estado. Retira cualquier división interna que pueda molestar.
- Colocar las patas: da vuelta la valija, marca los puntos de apoyo en cada esquina y atornilla las patas de madera usando escuadras metálicas para mayor firmeza.
- Arma el asiento: corta la espuma de alta densidad a la medida del interior de la valija y fórrala con la tela elegida. Puedes fijarla con engrampadora o pegamento de contacto.
- Acolcha el respaldo: repite el mismo procedimiento en la tapa de la valija, para que funcione como respaldo acolchonado.
- Ensamblar: una vez tapizados los asiento y el respaldo, cierra la valija dejando que quede abierta en posición de sillón.
- Detalles finales: pinta o barniza las patas, añade cojines decorativos y coloca el sillón en un rincón especial de la casa.
El resultado es un sillón pequeño, cómodo y con aire retro, perfecto para un dormitorio, un estudio o un living con estilo vintage.