Con los escombros removidos de lo que era el comedor Niños Felices, donde sólo se salvó -por estar en la entrada- el cartel y un horno tipo chileno (con tambores de 200 litros), esta semana los voluntarios del lugar, que queda donde la calle Segundo Sombra "topa" con los cerros y se abre en dos, siguieron cumpliendo su misión filantrópica a la intemperie.
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Pese al frío y la falta de elementos, bajo la nevizca y cocinando a la intemperie se pudo dar de comer a los necesitados de las serranía de Godoy Cruz.
Foto: Martín Pravata
Donde hay mucha necesidad, se necesita mucha solidaridad, y esta no se ha mostrado como debería ser. "Los que vinieron a ayudarnos y dar una mano fueron los Bomberos Voluntarios de Godoy Cruz y varios particulares. Los bomberos nos trajeron 2.000 ladrillones y mercadería", relató Sebastián Fernández, a lo que Vanesa agregó: "Gracias a la harina que trajeron los bomberos, pudimos hacer en el horno una tortitas para que comieran calentitas".
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Una luz de esperanza. La ayuda solidaria de los Bomberos Voluntarios de Godoy Cruz, que donaron ladrillones y mercadería, ya se trabaja para levantar el comedor y merendero Niños Felices.
Foto: Martín Pravata
Pero no solo distribuyeron tortitas, sino que el menú de la semana pasada tuvo también "estofado con papas y salsa y leche chocolatada". Como no les quedó ni la cocina a salvo de las llamas, la cocción se hizo al puro fuego de leña. "No podíamos fallarle a la gente", dijo Valeria Flores, otra voluntaria, de los 12 que trabajan día a día.
"Este es un merendero y comedor, ya que les damos dos comidas a las familias los días martes y jueves. Ellos se los llevan y lo comen en su casa, y casi siempre es el único alimento que toman en el día", dijo Vanesa Carrizo.
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Los rostros de la solidaridad: Sebastián Fernández (izq.), Vanesa Carrizo, Valeria Flores y Pedro Ibarra. Atrás, Alejandro Paredes y Daniel García.
Foto: Martín Pravata
Luego la joven señora solidaria, contó cómo nació la impronta. "Mi hermana -Romina Carrizo- se vino a vivir acá hace cinco años, y la verdad es que la pasaban mal todos acá, así que hace tres años abrió el comedor. Tenemos también un roperito solidario para poder darles abrigo y ropa a los niños".
Necesitan de la ayuda de todos
"Necesitamos mucha ayuda solidaria, es difícil mantener este lugar, y cada vez viene más gente. Arrancaron viniendo 20, y ya son más de 200. Incluso después del incendio, vimos que vinieron varias familias nuevas. No pude contarlos con certeza, ya que se nos quemaron los libros de registros que llevamos", aportó Carrizo.
Respecto a la organización del lugar, todo está hecho muy a conciencia. "Tenemos personaría jurídica, que nos salió carísima, pero nos sirve para recibir las donaciones. La tramitamos para poder pedir ayuda al Banco de Alimentos, y cuando la obtuvimos, nos dijeron que no tenían mercadería para darnos", dijo Vanesa con resignación.
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La vieja cocina quedó inutilizada por el incendio, y tuvieron que cocinar con leña en fogones improvisados y un hornito.
Foto: Martín Pravata
"Además contamos con un libro de registro de las personas que vienen y de las donaciones que nos hacen, anotando los gastos y todo lo que se compra", explicó la godoicruceña.
Finalmente Vanesa solicitó apoyo para continuar ayudando a los más vulnerables. "Tenemos una cuenta de Mercado Pago donde recibimos las donaciones de dinero. El número de celular para enviarlos es el de Romina: 2615365831. Para contactarse también puede llamar a mi celular, 2615 36-5831. Necesitamos, además de los alimentos, material de construcción para levantar el salón donde preparamos las comidas".
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