El 2 de agosto de 1947 el vuelo 59 de la British South American Airways entregaba una última una palabra (o sigla) y dejaba una incógnita que 72 años después sigue sin resolverse. 

El avión, bautizado Star Dust, era un Avro 691 Lancastrian matrícula G-AGWH, y daba un último mensaje en código morse que dejó a todos con más preguntas que respuestas: STENDEC.

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Incluso durante 51 años nada se supo sobre qué pasó con el vuelo que partió desde el aeropuerto de Londres-Heathrow, hizo una escala en el Aeropuerto de Morón (Buenos Aires) y se dirigía hasta el aeródromo Los Cerrillos (en Santiago de Chile). 

Aún hoy en día, a pesar de haber encontrado sus restos, continúa siendo uno de los mayores misterios de la historia de la aviación mundial, según la CNN

Fue recién en 1998 cuando un glaciar del Volcán Tupungato, en el departamento del mismo nombre de la provincia de Mendoza, cedió unos metros y dejó entrever en su cara Este, que da a la Argentina, los restos de un avión. Un guía de montaña le sacó fotografías y bajó con ellas. Alcanzó a divisar un bloque de motor de aviación con la inscripción Rolls-Royce. Este guía habló con un sargento de un regimiento de montaña, quien a su vez lo habló con José Carlos Moiso y Alejo Moiso.

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Los Moiso averiguaron que había un avión inglés extraviado desde 1947 en la antigua ruta aérea Mendoza-Santiago y que podía tratarse de ese avión que, supuestamente, tenía oro a bordo. Investigaron recién en enero de 2000 y sólo encontraron restos del avión que se dejaban ver, billeteras vacías y una imagen que se asemejaba a saqueo, pero ni noticias del oro.

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El ejército argentino determinó, en ese mismo enero, que los restos que quedaban del avión apenas estaban desparramados, lo que sugería un choque frontal más que uno inclinado.

El estudio de un propulsor recuperado mostró que los motores estaban funcionando a velocidad cercana a la de crucero en el momento del impacto y que el tren de aterrizaje estaba recogido, lo que sugería un choque involuntario contra tierra, en el glaciar del volcán Tupungato, a 4.724 metros sobre el nivel del mar, causando la muerte de sus once ocupantes.

Expedición con periodistas

En febrero del mismo año, la Junta Investigadora de Accidentes de Aviación Civil solicitó al ejército una expedición a la zona a más de 5.000 m y con -19 °C, con el objeto de recuperar restos, expedición en la que participaron 16 periodistas argentinos, entre ellos, un periodista de Diario UNO

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Se bajaron unos 8 kilos de restos del avión que incluía restos humanos, utilizando tropas montadas del Ejército Argentino y helicópteros Lama del Grupo 4 de Caza de la Fuerza Aérea Argentina. Se aplicaron todo tipo de técnicas forenses, incluido el reconocimiento de ADN, por huellas, a los restos humanos encontrados en el lugar para descubrir sus identidades; fueron localizados restos de nueve de las once víctimas y pudieron ser identificados a pesar de la degradación del ADN.

Esa expedición terminó con una insólita disputa entre el Ejército Argentino y la Fuerza aérea argentina, después negada por ambas partes. También se dio con los restos de una película. La expedición en sí generó aún más historias y misterios, y fue la comidilla de los medios durante, al menos, una semana. 

La hipótesis más fuerte

Varias hipótesis rodearon el misterio de su desaparición, primero (incluyendo muchas de ciencia ficción), y del accidente, una vez confirmado el mismo años después. 

En los 40 del siglo pasado la navegación aérea estaba aún basada en los cálculos "a ojo"; se calculaba la posición del avión mediante orientación, tiempo y velocidad, y aplicando correcciones derivadas de la observación de las características del terreno. Durante la etapa final del vuelo del Star Dust, la tierra no era visible, según se detalló en el reporte. 

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Según la hipótesis que más fuerza tomó, es posible que -en ausencia de referencias fijas de tierra- se haya cometido un gran error de navegación debido a que el avión se encontró de lleno con una ráfaga de aire a chorro (jet stream), ya que los vientos a grandes alturas pueden soplar en direcciones y a velocidades muy distintas que en tierra, detallaron informes posteriores reproducidos por varios medios de Mendoza, la Argentina y el mundo.

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En aquel tiempo, aunque ya se conocía la existencia de estas peligrosas ráfagas de aire, sus acciones no estaban del todo claras.

El Lancastrian era uno de los pocos aviones capaces de volar a esas altitudes. Si el avión se topó con el fondo de la zona de turbulencias, es posible que la tripulación haya creído de forma errónea que se encontraban cruzando un banco de nubes en su descenso final hacia Santiago de Chile, cuando en realidad estaban a demasiados kilómetros sobrevolando el glaciar de Tupangato.

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Es probable que el avión se estrellase repentinamente contra una pared nevada cercana a la cima del glaciar a una altitud de 4.724 metros, provocando una avalancha que enterró los restos y los ocultó a los equipos de rescate durante más de 50 años. Las probables coordenadas geográficas del sitio del impacto son 33°22'15″S 69°45'39″W, detalla Wikipedia, junto a este sitio nace el glaciar del Tupungato.

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La Junta de Investigación de Accidentes de la Aviación Civil de la Argentina (JIAAC) determinó, en sus conclusiones, que en el Star Dust se cometió un grave error de navegación y una desviación de la ruta en 64 km que engañó al piloto iniciando su descenso antes de tiempo.

El último mensaje 

La palabra STENDEC fue reportada por el operador en Santiago de Chile como el último mensaje en código morse "fuerte y claro" enviado "muy rápido" a las 17.41.

"ETA SANTIAGO 17.45 HRS STENDEC" fue el último de una serie de mensajes transmitidos por el Star Dust durante el vuelo, reportando posición, altitud, una previsión de llegada a Santiago de Chile a las 17.45.

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El operador del aeropuerto detalló dos mensajes con la palabra STENDEC antes de perder el contacto. Esta palabra sigue sin significado y da lugar a muchas especulaciones, incluyendo sugestiones de ciencia ficción, antes de que aparecieran los restos del avión.

Muchas teorías sugieren que las letras en STENDEC son un acrónimo, como STarting EN-routeDescent (comenzando aterrizaje en línea) o Severe Turbulence Encountered Now Descending Emergency Crash-Landing (Severas Turbulencias Encontradas, Aterrizaje de Emergencia en Progreso), pero no hay prueba de estos, según detalla Wikipedia.

También existe la hipótesis de que en realidad el radio operador entendió mal y el mensaje era STRDEC (Starting descent - Comenzando Aterrizaje), debido a que, en código morse, EN es ". -." y R es ".-." También se observa que STENDEC es anagrama de DESCENT (Aterrizaje).

Movimientos musicales derivados

Esta duda ha sido usada para varias cosas a lo largo de los años, como STENDECK.

Stendeck es una rama de música electrónica liderada por Alessandro Zampieri (nacido el 14 de junio de 1977 en Suiza).

Zampieri, pianista de formación clásica, formó Stendeck en 1999 como parte de un creciente interés en la música electrónica. En 2002 hizo su primer álbum de demostración, A crash into another world , que fue muy bien recibido en su Suiza natal.

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El sonido actual de Stendeck, marcado por el ambiente, ritmos distorsionados y teclas ruidosas con instrumentos acústicos se desarrolló mientras trabajaba en su álbum de 2005 ¿Puedes escuchar mi llamada?. Fue lanzado por Geska Records y fue masterizado por Mike Wells de Gridlock. Después del lanzamiento de Faces en 2007, también en Geska Records, Stendeck cambió a Tympanik Audio para su próximo álbum, Sonnambula (2009).

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El nombre Stendeck es una variación de "stendec", el último mensaje con código Morse enviado por el avión Star Dust el 2 de agosto de 1947, antes de su desaparición.

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Un grupo de música electrónica llamado Stendec, no relacionado con Stendeck, lanzó un álbum en 2004.

Stendec es una colaboración entre los fundadores del sello Ben Edwards (Benge) y Paul Merritt. El álbum debut de la banda, A Study of And, fue lanzado el 3 de mayo de 2004.

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Las víctimas 

Tripulación

1-Capitán: Reginald Cook (29)
2-Primer oficial: Hilton Cook (31)
3-Segundo oficial: Donald Cheklin (27)
4-Operador de radio: Dennis Harmer (27)
5-Sobrecargo: Iris Evans (26)

Pasajeros

6-Casis Said Atalah (47, de origen palestino) - De vuelta a su casa en Santiago de Chile, tras viajar a Palestina para visitar a su madre moribunda. Se encontró un diamante escondido en el forro de su chaqueta.
7-Jack Gooderham (42, británico) - Empresario, viajaba con Harald Pagh.
8-Martha Limpert (67, alemana) - Emigrante que regresaba a su casa de Temuco (Chile) con las cenizas de su marido fallecido por enfermedad.
9-Harald Pagh (41, suizo) - Empresario y amigo de Jack Gooderham. Viajaba para hacer negocios y renovar amistades.
10-Paul Simpson (43, británico) - Funcionario civil, un 'Mensajero Real' transportando documentos diplomáticos destinada a la embajada británica en Santiago.
11-Peter Young (41, británico) - Agente sudamericano del fabricante de neumáticos británico Dunlop. Curiosamente, los neumáticos del tren de aterrizaje así como parte del calzado encontrado era de esa marca.
La viuda de Reginald Cook, Cicely, se suicidó más tarde por razones que se creen relacionadas con el accidente.

Los restos de las víctimas del accidente fueron sepultados en el Garden of Remembrance del Cementerio Británico de Chacarita, en Buenos Aires.

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