Un ingeniero mendocino resolvió un enigma matemático de 2.000 años de antigüedad. Pese a este descubrimiento, “esto no sé debe a una inteligencia enorme, es simplemente fruto de un trabajo sostenido durante muchos años”, dice el protagonista.

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“El descubrimiento es casi astronómico, porque es como descubrir una galaxia”, cuenta Horacio Retamales, que está a días de cumplir 77 años y los últimos 15 los dedicó a este trabajo que le permitió establecer “una ley de distribución de números primos”, después de que hasta ahora se suponía que no tenían ley y que solo el azar los ubicaba dentro de los números naturales.

Pese a la importancia de este descubrimiento, la noticia prácticamente fue ignorada. “Yo intenté, ante el primer resultado, publicarlo en tres revistas. Una es la Unión Matemática Argentina y otras dos son del exterior. En los tres intentos, las respuestas han sido las mismas: No hay árbitros sobre el tema. Yo considero que eso no es verdad. Ocurre que se ocupan de publicar las cosas que para ellos son importantes, pero no que puede ser importante para los demás”, dice Retamales.

Yo les dije que descubrimos la ley de distribución de primos, cuando hasta los griegos hablaban de que los primos eran infinitos pero no tenían ley y esa es lo que hemos encontrado, pero ni siquiera me respondieron. Pero mis colegas amigos son mis jueces y los que le dan importancia a este trabajo”.

Una vida cerca de las matemáticas

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Horacio Retamales nació en Maipú. Es casado y tiene tres hijos. “Mi hija es arquitecta y vive en Necochea. Tengo un hijo que es licenciado en Informática y vive en Buenos Aires y otro que es profesor de educación física y vive en Mendoza”. Tiene 8 nietos y es ingeniero electromecánico.

“Toda mi vida profesional he estado cerca de las matemáticas. Hice un postgrado en la Facultad de Ciencias Exactas (UBA) y seguí trabajando como docente en matemática numérica”, cuenta, sin embargo aclara que “no me considero matemático”, pese a que “he trabajado como docente, he hecho muchos desarrollos numéricos, bastante publicaciones mías sobre metodologías numéricas, edité un libro sobre la solución numérica de ecuaciones diferenciales con un método que desarrollé yo y lo trabajé durante casi 20 años y fui director del Laboratorio de Matemática Aplicada de la Universidad Tecnológica Nacional por 23 años”.

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Pero el trabajo de investigación de Retamales comenzó después. Él cuenta que “me jubilé. Aposté a una actividad privada, fui empleado de Pescarmona, dedicado especialmente a centrales hidroeléctricas y trabajé mucho en el diseño y equipamiento hidromecánico de mini centrales hidroeléctricas. Yo aposté a un proyecto energético en Venezuela, que no salió bien y me quedé sin nada. Entonces apelé a lo que yo tenía entre papeles que he venido estudiando durante muchos años y había hechos cosas sobre números”.

A partir de allí trabajó durante los siguientes 15 años en teoría de números. Si bien no es matemático “me entrenaron bien, en procedimientos para probar una conjetura, demostrar la validez de una conjetura matemática y, con esa herramienta, empecé a trabajar en teoría de números. Y me encontré con ciertas propiedades de los números primos”.

Los números primos son parte de los números naturales. Tienen la propiedad distintiva que no son divisibles por otra cosa que por ellos mismo y por uno. Casi 2.000 años se ha aceptado una afirmación sobre los números primos, que dice qué no tenían ley para aparecer dentro del conjunto de los números naturales. Se decía que el azar los ubicaba. “De hecho, no estaba la ley de distribución de primos, que los ubica dentro del conjunto de los números naturales”, dice Retamales.

El ingeniero cuenta que “encontré, tratando de analizarlos, una ley de distribución de primos por cierta propiedad repetitiva entre ellos y, a partir de ellos, comencé a hacer derivaciones de este hecho. Unos 4 o 5 años después, encontré que hay agrupaciones de números donde no hay primos, excepto en el centro de lo que yo llamé ´lagunas de números compuestos´. Entonces les llamé ´primos aislados. Pude ubicar la cantidad total de lagunas. Aquello que parecía por azar´, yo pude ubicar el conjunto de todas las lagunas de compuestos y el diámetro que tienen”.

En esencia, los números primos, lejos de esta ubicados al azar, tienen una ley y se puede determinar dónde están.

Retamales dice que esto es fruto de “buscar aquello que parece no tener explicación y encontrar algunas propiedades como estas” y reconoce que “han sido más de 15 años de buscar, y han sido más las veces que uno se va a dormir pensando que está derrotado, que aquellas que uno sabe que ha encontrado algo”.

Horacio Retamales sentencia que “esto es solo producto de la perseverancia”.