El censo de fluidez lectora se ha convertido en una herramienta con la que las escuelas primarias y el primer año de las secundarias de Mendoza ya se han familiarizado.
El censo de fluidez lectora se ha convertido en una herramienta con la que las escuelas primarias y el primer año de las secundarias de Mendoza ya se han familiarizado.
Según el explicó el director General de Escuelas, José Thomas, durante el primer mes de este año, ya se escuchó leer en voz alta y medir la cantidad de palabras a 300.000 alumnos mendocinos.
Los datos que se obtuvieron son alentadores: el 14% de estos estudiantes mejoró en cantidad de palabras leídas por minuto. Mientras, el 45% de los que leían menos palabras, mejoró su performance.
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Está claro que contar la cantidad de palabras que los chicos leen con fluidez no es garantía de comprensión lectora. Sin embargo, tanto Thomas como la subsecretaria de Educación, Graciela Orelogio y la directora de Evaluación de la Calidad Educativa, Romina Durán, explicaron que es el "sustrato" en el que se basa una buena comprensión de textos.
Esto porque si un niño o niña desconoce las palabras que tiene que leer, seguramente no podrá hacerlo sin equivocarse o deletrear. Es por esto que el primer objetivo es que los alumnos lean con fluidez, aunque o es el único.
En cuanto a los alumnos de tercer grado, se comprobó un avance del 25% en general, mientras que para los que se ubicaban en un estado crítico de lectura, la mejora fue del 40%.
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Lo cierto es que no se trata de un hecho fortuito, Thomas y Orelogio explicaron que, al detectar que los chicos salían de primer ciclo de la primaria no sabiendo aún leer con fluidez -es decir que se encontraban en niveles críticos o muy críticos en este aspecto- se dirigió una buena parte de los recursos con los que se contaba para que los alumnos superaran esta instancia preocupante.
Por esto se ha hecho hincapié en tercer grado, porque si vienen con una mala base, este es el momento de corregirla.
Sobre la cantidad de palabras leídas correctamente, el promedio de tercer grado fue de 75 palabras por minuto.
Sin embargo, según los datos mostrados por los funcionarios de la DGE, hay una relación directa entre la menor cantidad de inasistencias y las rapidez y calidad con la que los chicos aprenden.
De acuerdo a lo anterior, los chicos que tuvieron menos faltas durante el 2022, se desempeñaron mejor en fluidez lectora. En cambio, los que faltaron más de esa cifra, experimentaron resultados mucho menores.
En concreto, la diferencia fue 32% a favor de los que tuvieron 15 faltas o menos, frente a los que faltaron más de 15 veces a la Escuela.