Más de la mitad de los niños y adolescentes de la provincia vive en hogares donde sus integrantes no han alcanzado los años promedio de la educación obligatoria. Hay 197.740 pobres menores de 14 años.
Más de la mitad de los niños y adolescentes de la provincia vive en hogares donde sus integrantes no han alcanzado los años promedio de la educación obligatoria. Hay 197.740 pobres menores de 14 años.
Esos datos preocupantes sobre la niñez y la adolescencia en Mendoza surgen de la encuesta de Condiciones de Vida que la Dirección de Estadísticas de la Provincia realizó en 2022 y cuyos resultados fueron dados a conocer esta semana.
Desmenuzando los mismos, se verifica que el 46,8% de los chicos de 4 a 17 años, es decir en edad escolar, vive en hogares en los que el "clima educativo" es bajo; mientras que a ese porcentaje se le suma un 8,8% más de niños que vive en casas en las que el nivel educativo es aún peor.
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De ahí que toma más relevancia la tarea que desde la DGE se pueda hacer para retener a los chicos en las escuelas y la que éstas puede realizar a la hora de la enseñanza.
Pero en relación a ello -siempre en base a los números que arrojó la encuesta- el porcentaje de niños de entre 4 y 12 años escolarizado bajó un punto de 2021 a 2022, al igual que sucedió con los adolescentes de entre 13 y 17.
Esa tasa de "asistencia escolar", en tanto, disminuyó notablemente cuando hablamos de mayores de 18.
La DEIE analizó la cobertura del sistema educativo según grupos etarios. La tasa de alfabetización (de los que saben leer y escribir) en Mendoza es del 98,4%, lo que se considera un número elevado.
Sin embargo ese alto porcentaje comienza a disminuir cuando se indaga en la continuidad escolar de la población. Así, de la población total de entre 4 y 24 años, está escolarizado (en cualquier nivel) sólo un 79,1%.
De ese total, supera el 96% la cantidad de menores que asiste a la escuela, lo cual asoma como positivo, aunque hay que tener en cuenta que el porcentaje descendió -mínimamente- de 2021 a 2022.
La DEIE concluyó además que la proporción de la población que se encuentra asistiendo al sistema educativo y tiene una edad acorde al nivel que cursa es muy alta tanto en el nivel inicial como primario; mientras que decrece levemente para el nivel secundario.
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El nivel de escolarización de mayores de 18 años que conviven con niños y adolescentes es en una preocupante mayoría muy malo.
El indicador "clima educativo del hogar" se construye a partir del promedio de años de escolarización de las personas mayores que residen en cada hogar, y tiene 5 categorías que clasifican el clima en una escala que va de muy bajo a muy alto.
Si los mayores de 18 años que habitan en el hogar tienen un promedio de menos de 7 años de escuela, el clima educativo de ese grupo conviviente es muy bajo.
Si el promedio va de 7 a 11 años de asistencia a la escuela (es decir que no llegaron a concluir el secundario), es bajo.
Desde 11 y menor a 14 años es medio; desde 14 y menor a 16 años es considerado alto; y si el promedio en el hogar entre los mayores de edad supera los 16 años de escolarización, entonces es muy alto el clima educativo.
En ese gráfico de la DEIE se visualiza que un alto porcentaje de niños y adolescentes vive en hogares con un clima educativo bajo (46,8%), si a esto se le suma el porcentaje de los que viven en hogares con clima educativo muy bajo (8,8%), se puede concluir que más de la mitad de los niños y adolescentes de Mendoza vive en hogares donde sus integrantes no han alcanzado los años promedio de la educación obligatoria.
Por otro lado, se observa que el 29,7% de los niños y adolescentes integran hogares con clima educativo medio y el 14,6% restante vive en hogares con clima educativo alto o muy alto.
Los porcentajes de clima educativo bajos crecen aún más en la zona rural donde el 73,4% de los menores convive en un hogar con mayores que no terminaron la escuela.
La metodología de cálculo de la pobreza que realiza el Gobierno de Mendoza tiene en cuenta la valorización de la Canasta Básica Alimentaria (cba) y la de la Canasta Básica Total (cbt) comparada con los ingresos de los hogares relevados por la propia Encuesta de Condiciones de Vida 2022.
La población aproximada de las zonas urbanas de Mendoza es de 1.445.462 personas, constituidas en 426.682 hogares.
En octubre de 2022 -mes en el que se concluyó la encuesta- el 40,1% de los mendocinos (es decir 578.185) era pobre. Dentro de este conjunto, el 4,9% estaba por debajo de la línea de indigencia.
Esos datos son apenas mejores que los del 2021, cuando la pobreza se situaba en el 41,1%.
Pero al analizar la estructura de edades de la población urbana según condición de pobreza, se observa que, dentro de los pobres, el 34,2% tiene menos de 14 años, lo que hace un total de 197.740 niños con carencias.
Entre la población urbana indigente, ese grupo de edad presenta la mayor incidencia.