-Contáme qué significa esta vuelta del tren...
- Me hubiera gustado estar ahí. Soy palmirense de alma, nacido y criado allá.
- Viviste la época de oro del ferrocarril y también su desaparición y el ocaso de toda una región...
- Fue una gran tristeza la desaparición del tren. Palmira era una ciudad pujante. Yo recuerdo que en mi juventud en San Martín había un solo hotel y en Palmira ¡4 hoteles! Era una ciudad que iba para adelante, tenía más de 4.000 empleados: más de 15.000 personas que vivían del ferrocarril. Esperemos que este regreso del tren sea una realidad que haya vuelto para quedarse y que, dentro de unos años, aunque yo no lo vea, tengamos un tren rápido a Buenos Aires.
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El origen de este mendocino destacado
- Contános de tus padres en aquella Palmira...
- Mi papá fue Juan Di Paola, fallecido muy joven, a los 44 años. Mi mamá, Elsa Mollerach, que vive y tiene 96 años. Tuvieron 15 hijos, 47 nietos y 22 binisteos. Estamos cerca de mi mamá porque tenemos la bendición de Dios de tenerla con nosotros. Está muy sana de la cabeza y con los achaques propios de su edad. Voy todos los fines de semana.
- Tu familia, ¿cómo se compone?
- Mi esposa, Miriam Díaz, también es de Palmira y nos conocimos allá. Tenemos una familia basada en mucho amor y mucho respeto. Me regaló tres hermosos hijos: Emilia, Mariano -también enólogo- y Anita. Tengo un nieto: Hilario.
- Sos un enólogo reconocido y premiado a nivel internacional, ¿cómo empezó tu relación con el vino?
- Vengo de una familia muy grande. Cuando mi madre quedó sola teníamos una viñita y una pequeña bodega, de la que hubo que deshacerse rápidamente. Yo me dediqué a la huerta, a la granja y ahí, con un parralito de (la variedad criolla) Pedro Giménez que había, hice mi primer vino. Me salió muy pero muy malo... Ahí empecé a estudiar enología. Ya había estudiado la primaria y la secundaria en la Don Bosco, así que estaba familiarizado. Me recibí de enólogo y empecé a trabajar a los veintipico años.
- Mucho se habla y se dice de tu profesión pero ¿qué es ser enólogo?
- Durante 23 años fui profesor de la cátedra Enología y cuando terminaba cada ciclo lectivo les decía a los estudiantes que todo lo que habían visto, leído y estudiado conmigo, era el 50% de la profesión porque el otro 50% es el corazón: la enología es una profesión que se siente. Hay que gozar el momento y disfrutar de la transformación de la uva hasta el vino terminado.
- O sea que el vino es como un hijo...
- Así es: uno lo ve nacer, lo cuida, lo va llevando de a poco hasta que está listo para largarse solo.
- Ser enólogo en Mendoza debe ser un desafío mayor por la historia y tradición vitivinícola, el despegue internacuional y la competencia en el mundo...
- Nunca hay que dejar de aprender y siempre hay que incorporar herramientas nuevas e innvovadoras. Cada mañana me levanto con la idea de todo lo que se hace se puede mejorar y disfrutarlo.
El cambio climático y el drama de la producción
- A propósito de los temporales de los últimos tiempos, sos palabra autorizada para contarnos cómo es producir sabiendo que el granizo o la lluvia que pueden llevarse todo el trabajo de años en unos minutos...
- El calentamiento global y el efecto invernadero han creado un microclima bastante complicado. Este ha sido un año tan pero tan atípico... Hubo una helada en octubre y otra muy fuerte en noviembre, que causó muchos problemas. Después, el granizo de tamaños de inusitados, algo que no se había visto nunca. El 17 de febrero hubo una helada, que uno no sabe si fue temprana o tardía.
"Ahora mismo estoy hablando con vos desde los balcones de la bodega y me llama la atención que todos los viñedos están verdes y ninguna hoja tiene el color del otoño" "Ahora mismo estoy hablando con vos desde los balcones de la bodega y me llama la atención que todos los viñedos están verdes y ninguna hoja tiene el color del otoño"
- Son años atípicos para aprender mucho y para estar muy concentrados en las uvas y en los vinos que vamos a producir.
- El nombre Mariano Di Paola asociado al vino ya trascendió Mendoza ¿cómo te llevás con eso de ser un enólogo de renombre a nivel mundial?
- Hay muchos reconocimientos que me hacen muy feliz y los valoro por sobre cualquiera de tipo económico. Eso es lo que voy a dejar. Nunca hay que olvidarse de donde uno viene, de los orígenes, pero soñando un futuro. Cuando me felicitan por algún logro todavía me pongo colorado. He sido así toda la vida.
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El enólogo Mariano Di Paola. Fotos: Gentileza Pablo González Repeto.
- ¿Tus vinos estuvieron en la fiesta de casamiento de Lionel Messi?
- Fue algo así; sé que hubo algunas botellas nuestras en esa mesa porque el vino de la familia Messi es de mis amigos de Bianchi. Tengo muchos amigos ahí, de toda la vida.
La cosecha 43 de Mariano Di Paola
- ¿Cuántas cosechas contás en tu carrera?
- Esta es la número 43.
- ¿Cuáles de tus vinos son tus preferidos?
- El mejor vino es el próximo porque siempre pienso que lo mejor está por venir.
"Disfruto mucho del Chardonnay y del Merlot cuando los hago y cuando los tomo" "Disfruto mucho del Chardonnay y del Merlot cuando los hago y cuando los tomo"
- ¿Con qué frecuencia tomás vino?
- Mirá: la profesión de enólogo es muy linda porque da gusto llevarse el laburo a casa. Todos los días, con mi esposa y con quienes estén en casa en ese momento, abrimos un vinito y lo probamos y disfrutamos, sean propios o de colegas. Desde hace muchos años no almuerzo en casa por trabajo pero en la bodega probamos algún vino por trabajo.
- ¿Cómo has vivido este fenómeno de personalidades reconocidas que invierten en sus propios vinos sin pertenecer al mundo vitivinícola? Futbolistas, empresarios, artistas...
- El vino enamora y la gente va probando... En Mendoza hay un clima de laburo y una cultura montañesa donde la gente es de trabajo constante. Hace que el visitante se encuentre con algo atractivo. Acá, en Rutini, nos visita mucha gente que se emociona y comienza a querer ser parte. Ocurrió con Julio Le Parc, jarillero de nacimiento como yo y artista plástico de renombre mundial, y también con Enzo Francescoli, figura de River en su época de jugador y ahora de dirigente.
- ¿Hay un vino a pedido de Francescoli?
- Está hecho, está listo y pronto vamos a hacer el lanzamiento. Tenemos la etiqueta y el vino envasado. Se llama InmEnzo.
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