La escritora y periodista Mariana Enriquez viene a Mendoza con su espectáculo No traigan flores, que subirá a escena el miércoles 9 de agosto a las 21 en el Teatro Plaza de Godoy Cruz. A las 11.30 conversará con lectores y firmará ejemplares en la emblemática librería García Santos, en Ciudad.
Mariana Enriquez, la dama del terror literario, llega a Mendoza y advierte: "No traigan flores"
Ahora, la dama del terror literario, autora de Los peligros de fumar en la cama y Bajar es lo peor, entre otras obras, conversa con Diario UNO acerca de libros, de lecturas y de cómo los autores salen al ruedo con sus obras y se codean con sus fans y hasta se animan a ponerle el cuerpo, ahora de otra forma, a una vocación tan pasional como irrefrenable: contar historias.
- ¿Qué es este No traigan flores que ya presentaste en Buenos Aires?
- Es un espectáculo de tres partes: una principal, en la que yo leo y comento en algunos textos de varias épocas de mi carrera. No solo de varias épocas, sino de distintos estilos. Personales, periodísticos, cuentos, algún texto inédito, algún texto íntimo, otros de terror, fragmentos de novelas, breves, no brevísimos, pero breves como para que no sea muy pesado para la gente.
- ¿Cómo lo hacés?
- Los comento en el sentido de que no es sólo la lectura, sino también contar de dónde salieron, intervenir durante la lectura cuando se puede. Cada vez lo hacemos de diferentes maneras; además, hay un dibujante, Alejandro Bustos, que dibuja en vivo con arena, eso se proyecta, él lo hace en vivo pero se proyecta lo que va haciendo en una pantalla que está detrás mío y da un ambiente muy misterioso.
- ¿Hay interacción con tus seguidores?
- También mostramos arte que hacen los fans porque hay muchos que me mandan cosas que escribieron, incluso algunos se tatúan; entonces, proyectamos también todo eso ahí para que haya como una especie de intercambio entre la gente y yo.
El halo sombrío y los textos de terror
- Si bien anticipás que abordás distintos estilos a través del tiempo, ese título No traigan flores y ese halo medio sombrío, me parece que definen un poco esa característica que es muy tuya a la hora de la escritura...
- Sí, sobre todo a lo mejor en los textos que más le resuenan a la gente, porque yo escribo otras cosas, pero lo que más funciona con el público, con los lectores, son los textos de terror. Y también, qué sé yo, es lo que gusta, o sea, no me molesta, sino que estoy muy contenta de que sea así, porque es un género del que soy muy fan y quise hacerlo.
- ¿Seguís cómoda con ese género o preferís ir abriéndote camino hacia otros?
- Es que yo en realidad empecé haciendo otro, o sea, mis primeras dos novelas son realistas. Después fui hacia el terror y la verdad es que no tengo ganas de abandonarlo ahora: es como un problema más de los demás que mío, ¿por qué tendría que abandonar un género que me gusta, no?
- ¿Cómo estás con este fenómeno que no es tan nuevo del autor que sale al ruedo, incluso a través de este tipo de espectáculos, donde tiene el cara a cara con el lector, y no sólo qué lee, sino que cuenta y a veces revela de dónde vienen algunas cuestiones de la obra?
- Muy, muy cómoda. Me parece que la literatura en esta época tiene que salir a encontrarse con los lectores de otras maneras, que no sea solamente el libro ni la presentación en la feria del libro, quiero decir, todas las artes se renovaron de alguna manera, la música con el streaming y las artes visuales presentándose de otra manera.
- En Mendoza, hace muchos años ya, la querida Liliana Bodoc comenzó este camino de salir al ruedo con presentación de sus libros en colegios, donde hoy sus obras son referencia y aquella conducta ha dejado huella entre los autores...
- A Liliana la entrevisté varias veces y me parece que es una de las mejores escritoras contemporáneas argentinas. Fue un drama su muerte y siempre valoré que empezó a escribir siendo bastante grande; la admiraba mucho a Liliana y tuve la suerte de presentarle libros acá, en Buenos Aires, y de tener una relación no muy fluida pero muy amable. Ella es una de mis influencias literarias.
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