Cuando los turistas venezolanos que finalmente murieron el 9 de enero en Mendoza, comenzaron a sentir los síntomas de la intoxicación con monóxido de carbono, llamaron al 911 para pedir ayuda y no fueron auxiliados. El llamado lo realizó Valentino González Tovar (23), quien al notar la descompostura y mareos que sentían los tres miembros de la familia, marcó el número de emergencias. Si bien la operadora del CEO derivó la comunicación a un médico del SEC, este no solo no envió la ambulancia requerida, sino que comenzó a pedirle datos sobre la obra social y le sugirió que fueran a hacerse atender por sus propios medios a dos hospitales diferentes -Central y Notti-