Leer puede ser un acto solitario pero también una forma de encuentro. En tiempos de hiperconexión, pantallas y multitareas, el Silent Book Club propone un respiro: un espacio para la lectura sin reglas, sin consignas y sin ruido. Solo libros, silencio y compañía.
La idea, nacida hace una década en San Francisco (Estados Unidos), se convirtió en una tendencia global que hoy llega a más de 2000 sedes en 55 países. Mendoza se sumó a ese mapa hace poco más de un año, de la mano de Clarisa Bal, quien decidió replicar el formato en la provincia y construir, sin imaginarlo, una comunidad que no para de crecer.
Desde su primer encuentro en abril de 2024, el Silent Book Club Mendoza reúne cada mes a decenas de lectores en cafés, librerías, bibliotecas y espacios culturales. Sin compromisos ni lecturas obligatorias, el único objetivo es disfrutar de leer en silencio junto a otros, en comunidad.
Los encuentros del club de lectura en silencio se dan al menos una vez al mes y generalmente en cafés de la Ciudad de Mendoza.
“Me propuse formar el club en febrero del 2024 y para abril ya teníamos el primer encuentro. Desde ahí hemos crecido, se ha ido sumando mucha gente. Muchas veces sigue viniendo gente que vino al primer encuentro pero también llega gente nueva”, cuenta Clarisa a Diario UNO sobre las citas de lectura silenciosa que organiza la tarde del segundo sábado de cada mes en diferentes lugares céntricos.
Este sábado, a las 17, el club local de lectura silenciosa celebrará una edición especial en la plaza Independencia, junto a la Biblioteca Ricardo Tudela del MMAMM (Museo Municipal de Arte Moderno de Mendoza), con una propuesta distinta: una aventura urbana que combina lectura, juego y exploración del espacio público. La actividad será gratuita, con inscripción previa y abierta a todo público.
Una revolución de la lectura silenciosa
El Silent Book Club nació con una premisa sencilla: leer en silencio pero en comunidad. Cada persona lleva su propio libro, se socializa unos minutos al principio, se lee en silencio durante una hora y, si se desea, se comparte la experiencia al final. No hay reglas ni temáticas ni otros condicionantes para el encuentro.
“Es un espacio casi revolucionario para estos tiempos solitarios de conectividad virtual”, reflexiona Clarisa Bal, fundadora del Silent Book Club Mendoza.
Clari Bal fundó hace más de un año el club para juntarse a leer en silencio en espacios públicos o culturales. Hoy cuenta con un grupo organizador de los encuentros.
La fundadora cuenta que al principio pensó que el público sería mayoritariamente adulto joven pero con la viralización del club en TikTok comenzaron a sumarse adolescentes y veinteañeros a los encuentros de lectura.
“Las chicas y los chicos de entre 19 y 25 años son los más entusiasmados, les encanta poder desconectarse del celular y tener este espacio para leer, sin distracciones”, asegura.
Leer para reconectar
La propuesta de este sábado tiene un espíritu diferente. En lugar de reunirse en un café, los asistentes serán invitados a redescubrir los espacios de la plaza Independencia y la biblioteca del museo municipal a través de una dinámica lúdica.
“Queremos romper con la zona de confort. No se trata solo de sentarse a leer sino también de movernos, explorar, descubrir qué tesoros puede tener la biblioteca del MMAMM o la plaza que transitamos todos los días sin detenernos”, explica Clarisa.
“La intención es volver a habitar esos espacios, sentirlos propios, reconectar con lo cotidiano desde otro lugar”, destaca la joven de 32 años.
Lo que caracteriza al club es que la lectura es de temática libre. Este sábado podrán explorar los libros de la biblioteca del MMAMM.
El encuentro tendrá su punto central con la hora de lectura silenciosa, el sello distintivo del club. Luego culminará con una charla entre los participantes acerca de lo que leyeron o la experiencia que les significó la actividad tanto en la plaza como en el museo.
“Estar una hora leyendo en silencio con tanta gente alrededor te hace sentir que compartís una actividad con los demás, a la vez que trabajás la concentración”, dice una de las participantes habituales y ávida lectora mendocina.
El poder de una comunidad lectora
El club mendocino cuenta hoy con una comunidad de más de 600 personas. En cada encuentro participan entre 25 y 50 lectores, y muchos repiten mes a mes.
“Podría haber pasado que perdiera el interés, pero todo lo contrario: cada vez somos más y eso me emociona mucho”, confiesa su fundadora, quien inició la propuesta sin tantas expectativas.
El club se reúne el segundo sábado de cada mes para leer en silencio en algún café, librería o biblioteca.
Con el tiempo, el grupo se transformó también en una red solidaria a través de Instagram. “Hace poco, una chica vendía sus libros para pagar una operación a su perrito, y otra participante le compró toda la saga solo para ayudarla. Me pareció muy lindo, me emocionó poder estar ahí facilitando esas interacciones. A veces pensamos que internet solo genera frivolidades o violencia, pero también puede generar comunidad y empatía”, cuenta Clarisa Bal.
En ese sentido, el Silent Book Club no solo fomenta la lectura sino también una nueva forma de vincularse: tranquila, respetuosa, basada en la presencia compartida. Una pausa necesaria frente al vértigo digital.
El movimiento global ya cumplió una década leyendo en silencio
El fenómeno, surgido en Estados Unidos hace 10 años, crece en todo el mundo. Según la plataforma Eventbrite, los encuentros del Silent Book Club aumentaron un 223% entre 2023 y 2024, y la asistencia creció un 180%.
En Argentina ya hay capítulos activos en Buenos Aires, Córdoba, Mar del Plata y Mendoza. Clarisa se enteró de su existencia a través del Instagram del capítulo porteño, luego de nuestra provincia se replicó en Chile y después llegaron los capítulos cordobés y marplatense.
En octubre pasado, los grupos argentinos participaron de una maratón global por los 10 años del club original, con lecturas simultáneas por Zoom y actividades presenciales en diferentes partes del mundo.
“Me mentalicé en durar con esto lo que tuviera que durar, unos meses quizás… y ahora parece que hay club para rato”, sonríe Clarisa Bal. “Ya no estoy sola organizando todo; hay un grupo que me acompaña. Es muy lindo ver cómo algo tan simple puede generar tanto”, manifiesta la mendocina que se dedica a la tecnología y sin embargo “de chiquita me apasiona leer”.
Una invitación al silencio compartido
El Silent Book Club Mendoza volverá a reunirse este sábado 15, desde las 17 hasta las 19.30, en la plaza Independencia. El punto de encuentro será junto al cartel “Mendoza”, en la parte superior de la fuente de aguas danzantes.
La actividad es gratuita, con inscripción previa a [email protected]. No hace falta llevar libro: la biblioteca del MMAMM abrirá sus estantes para quienes deseen explorar nuevas lecturas.
Solo hay que llevar protector solar, ganas de disfrutar y, sobre todo, el deseo de detenerse por un rato. Porque a veces leer en silencio con otros es una forma de volver a escucharnos.








