Historias

Las numerosas cirugías no detuvieron a Aluhé, la abanderada que es todo un ejemplo de vida

Nació con 800 gramos, atravesó cirugías de altísimo riesgo y hoy emociona a toda Mendoza. Aluhé Cisneros Usubiaga fue abanderada al egresar de la primaria en Maipú

“Amor, gratitud y un camino lleno de personas que así te celebran. Gracias, siempre será un hasta siempre. Te amo eternamente. Feliz egreso”. Las palabras brotan desde el corazón de Alejandra, su mamá, y no necesitan demasiada explicación. Son un resumen de años de lucha, de lágrimas, de esperanza y de orgullo. Un mensaje publicado en Facebook que rápidamente se llenó de reacciones y comentarios porque cuenta, en pocas líneas, una historia inmensa: la de Aluhé.

Embed - Aluhé Cisneros, la niña abanderada que da el ejemplo todos los días

“Te veo y no puedo creer que entrabas tan pequeñita al colegio que también me cobijó. Hoy le decimos adiós a una etapa, a un edificio, pero es siempre un hasta siempre, bajo el amparo de nuestra Auxiliadora. Gracias por tanto, hija. El mayor orgullo de mi vida: Aluhé”, escribió Alejandra, todavía emocionada por un cierre que fue mucho más que un acto escolar.

Aluhe abanderada
Orgullo. El reconocimiento llegó y en el día más importante, su egreso.

Orgullo. El reconocimiento llegó y en el día más importante, su egreso.

Aluhé Cisneros Usubiaga tiene 13 años, se desplaza en silla de ruedas y acaba de egresar de la primaria como abanderada nacional del Colegio P-022 María Auxiliadora, en Rodeo del Medio, Maipú. Pero el reconocimiento académico es apenas una parte de su historia. La otra, la más profunda, está hecha de resiliencia, inteligencia, cirugías, preguntas difíciles y una fortaleza que conmueve.

Una beba que nació con 5 meses de gestación y que supo luchar y destacarse

Nació el 26 de noviembre de 2012 en Fray Luis Beltrán, con apenas cinco meses de gestación y 800 gramos de peso. Pasó 90 días en Neonatología del Hospital Obstétrico Virgen de la Misericordia, luchando por su vida desde el primer segundo. Fue parte del programa Mamá Canguro, una experiencia que Alejandra recuerda como decisiva: el contacto piel a piel, el calor, la lactancia y el vínculo inquebrantable que se forjó en esos días marcaron un camino.

Aluhe con sus padres
Junto a sus padres, que la acompañaron en todo el proceso. La pequeña es su mayor orgullo.

Junto a sus padres, que la acompañaron en todo el proceso. La pequeña es su mayor orgullo.

Desde entonces, la vida de Aluhé estuvo atravesada por numerosas intervenciones quirúrgicas de alta complejidad. Cirugías en el corazón, en la médula, en los pulmones, un derrame cerebral que le provocó una parálisis y, más recientemente, una operación de más de diez horas para enderezar su columna, indispensable para mejorar su calidad de vida y su sistema respiratorio.

Esa última cirugía coincidió con uno de los momentos más significativos de su trayectoria escolar: mientras Aluhé estaba en el quirófano del Hospital Fleming, su escuela la nombraba abanderada nacional. “Recibimos la noticia en la sala de espera. Ella entró a las ocho de la mañana y salió a las seis de la tarde. Fue una mezcla de orgullo, miedo, dolor y esperanza”, recuerda Alejandra.

Aluhe despedida escuela
El saludo de la seño, en el colegio María Auxiliadora de Maipú.

El saludo de la seño, en el colegio María Auxiliadora de Maipú.

No pudo estar presente en ese acto, ni sostener la bandera en alto en ese momento. Pero el símbolo estaba intacto. Y este año, al cerrar la primaria, pudo finalmente portar los atributos que representan no solo su excelencia académica —en su libreta no hay ninguna nota menor a diez— sino también su ejemplo humano.

"Mi hija portó la bandera con total orgullo"

“Mi hija portó los atributos de la Bandera Nacional con total orgullo. Sos la muestra de que todo se puede, de que la fortaleza, la disciplina y la valentía son herramientas que hacen de vos una niña ejemplar. Sos todo lo que está bien”, escribió su mamá en otro tramo del mensaje que hoy emociona.

Aluhé es brillante. Ama la escuela, disfruta especialmente de Matemática y Ciencias Sociales, y tiene una curiosidad que no se detiene. Sueña con ser médica o abogada, aunque también le gusta la idea de enseñar. “Amo a los niños”, dice, con una claridad que sorprende. Nada en su historia afectó su capacidad cognitiva; por el contrario, su inteligencia y madurez asombran a quienes la rodean.

Aluhe cartita
Palabras lindas para la pequeña Aluhé.

Palabras lindas para la pequeña Aluhé.

Desde pequeña sueña con poder caminar. Ese anhelo está siempre presente. “Dice que se va a poner las pilas y lo va a lograr”, cuenta Alejandra. Y nadie se atreve a dudarlo, porque Aluhé ya desafió demasiados pronósticos.

Una escena cotidiana resume su manera de ver el mundo. Un día, mientras su mamá se quejaba del cansancio en las piernas, Aluhé la miró y le dijo: “Mamá, no te quejes. Deberías valorar que podés caminar”. La frase quedó grabada para siempre. Simple, profunda, certera.

No todo fue fácil. Aluhé también atravesó episodios de bullying, situaciones dolorosas que requirieron acompañamiento psicológico y mucha contención familiar. “Nunca la hicimos sentir que algo no puede hacerlo. Ella escucha todo, entiende todo. A veces se cuestiona cosas, pero nunca se enoja por lo que le toca vivir”, explica Alejandra.

Es solidaria, sociable, carismática. Observa, reflexiona, pregunta. Siente curiosidad por aquello que nunca pudo experimentar: cómo se cansan quienes caminan, qué se siente correr. Y aun así, agradece. Siempre agradece.

Aluhe entrega bandera
La entrega de la bandera, un momento emotivo en el colegio.

La entrega de la bandera, un momento emotivo en el colegio.

El acto de egreso fue una postal de emoción. Aluhé cerró una etapa escolar de manera impecable, rodeada de compañeros, docentes y familias que la reconocen y la celebran. No solo por su rendimiento académico, sino por la forma en que enfrenta la vida.

Aluhé sigue siendo ejemplo. No desde la épica forzada ni desde el lugar de la lástima, sino desde la verdad: una niña que nació pequeña, atravesó enormes desafíos y hoy, con una sonrisa luminosa, enseña que la verdadera fortaleza está en seguir adelante, agradecer y no dejar de soñar.