Incluso Egipto parece una candidata lógica: faraones, oro, comercio. Pero la primera moneda de la historia no surgió en ninguno de esos lugares, nació mucho antes, en un rincón del mundo que pocos recuerdan hoy, se trata de Lidia, en la actual Turquía, alrededor del siglo VII a.C.
La primera moneda en la historia de la humanidad: ni griegos, ni egipcios ni romanos
Estas primeras monedas no eran como las que hoy imaginamos. Eran pequeñas piezas de electrum, una aleación natural de oro y plata, con un valor que la comunidad entendía y aceptaba. No tenían rostro de rey ni símbolo religioso ostentoso, tenían sellos simples, impresiones que indicaban autenticidad y legitimidad.
La idea era práctica y revolucionaria, hasta ese momento, el intercambio dependía del trueque o de metales pesados, pero ahora existía un objeto portátil y estandarizado que todos reconocían como valioso. Según la World History, el rey de Lidia, Giges, es considerado el responsable de estas primeras monedas “oficiales”, aunque la invención probablemente fue fruto de un proceso gradual en mercados locales.
Las monedas de Grecia y Roma
Los grandes imperios del Mediterráneo construían pirámides o templos, en un pequeño reino de Asia Menor se estaba gestando algo que cambiaría la historia: la idea de que el dinero podía ser algo más que un objeto, algo que simboliza confianza y acuerdo social.
Grecia y Roma solo perfeccionaron la idea de la moneda siglos después, con diseños más complejos y metales preciosos, pero todo empezó con esas pequeñas piezas de electrum en Lidia.





