El jazmín amarillo o de invierno es una especie ideal para cuidar en casa. A continuación, te contamos los detalles que lo hacen atractivo y cuáles son sus cuidados básicos para que te decidas a cultivarlo en tu jardín y puedas disfrutar de la belleza de su flor.
Un jazmín de flores amarillas
Ele, cuyo nombre científico es Jasminum nudiflorum, es originario de China que se caracteriza por tener unas hojas pequeñas y unas flores de color amarillo intenso. Al contrario de otras especies de jazmín, que tienen un aroma fuerte y dulce, las flores de esta especie apenas destilan olor.
Puede alcanzar una altura de alrededor de tres metros, por lo que es una planta arbustiva adecuada para cubrir muros y paredes, si la guías adecuadamente y la sujetas. Es importante que coloques un apoyo o tutor, ya que este tipo de jazmín no se agarra por sí solo a los soportes.
Es muy resistente y soporta bien las bajas temperaturas o las condiciones desfavorables. Aunque si le proporcionas los cuidados necesarios, crecerá más abundante, y desplegará una floración espectacular entre finales de invierno y mediados de primavera.
Cuidados básicos del jazmín amarillo
- Riego: esta planta trepadora prospera en condiciones que imitan su hábitat subtropical nativo, así que requiere humedad moderada y un suelo bien drenado. Tolera la sequía ocasional, pero prefiere una humedad consistente con riegos una vez por semana, y aumentando la frecuencia en las temporadas cálidas.
- Necesidades de luz solar: el jazmín amarillo crece mejor cuando recibe luz solar directa, al menos entre seis y ocho horas diarias. Esta exposición optimiza su crecimiento, mejora la floración y mantiene la salud vibrante del follaje.
- Sustrato: es importante utilizar un suelo bien drenado para evitar el encharcamiento. Lo ideal es mezclar tierra de jardín, compost y perlita, añadiendo abono orgánico una vez al mes o al menos durante los meses de floración.
- Poda: esta planta trepadora se debe podar a finales de primavera, luego de que haya exhibido sus flores. Las técnicas adecuadas incluyen eliminar tallos muertos o dañados, desahogar el crecimiento denso y dar forma para mantener un tamaño deseado.