La ciencia continúa descubriendo los múltiples beneficios de este alimento milenario que, lejos de ser un simple snack, se revela como un auténtico tesoro nutricional. Su clasificación como legumbre, junto a las lentejas y la soja, explica en parte su extraordinario perfil nutricional.

Un superalimento con beneficios

Las investigaciones publicadas en el New England Journal of Medicine han demostrado que el consumo regular de maní puede reducir hasta en un 29% el riesgo de enfermedades cardíacas. Este beneficio se debe a su rica composición en grasas insaturadas, magnesio y cobre, que trabajan en conjunto para mejorar los niveles de colesterol.

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El maní salado puede ser más perjudicial para la salud.

El maní salado puede ser más perjudicial para la salud.

Además, contiene resveratrol, un potente antioxidante que no solo protege las células del daño oxidativo, sino que también combate los signos del envejecimiento y contribuye a la salud articular.

El maní también destaca por su contenido en vitamina E, ácido fólico, niacina y manganeso, nutrientes esenciales para proteger las células del estrés oxidativo y mantener un sistema nervioso saludable. El cobre presente en esta legumbre juega un papel crucial en la formación de glóbulos rojos y el mantenimiento de vasos sanguíneos en óptimas condiciones.

Aliado natural para el control del peso

Contrario a la creencia popular que asocia el maní con el aumento de peso, los estudios demuestran que su consumo moderado puede ser beneficioso para el control del peso corporal. La combinación de proteínas y fibra que contiene promueve una sensación de saciedad prolongada, ayudando a regular el apetito y prevenir el consumo excesivo de calorías.

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Esta legumbre se puede comer de muchas maneras.

Esta legumbre se puede comer de muchas maneras.

Los expertos recomiendan un consumo diario moderado de aproximadamente 30 gramos, equivalente a un puñado. Para maximizar sus beneficios, sugieren optar por versiones sin sal ni azúcares añadidos. El maní puede consumirse de diversas formas: crudo, tostado o en mantequilla, siendo esta última una excelente opción para incorporarlo en batidos, tostadas o recetas saludables.

Los estudios más recientes confirman que, cuando se incluye como parte de una dieta equilibrada, el maní no solo no promueve el aumento de peso, sino que puede contribuir activamente a la regulación del metabolismo. Sus grasas saludables ayudan a mantener niveles adecuados de colesterol y azúcar en sangre, convirtiéndolo en un aliado ideal para una alimentación consciente y nutritiva.

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