El maní también destaca por su contenido en vitamina E, ácido fólico, niacina y manganeso, nutrientes esenciales para proteger las células del estrés oxidativo y mantener un sistema nervioso saludable. El cobre presente en esta legumbre juega un papel crucial en la formación de glóbulos rojos y el mantenimiento de vasos sanguíneos en óptimas condiciones.
Aliado natural para el control del peso
Contrario a la creencia popular que asocia el maní con el aumento de peso, los estudios demuestran que su consumo moderado puede ser beneficioso para el control del peso corporal. La combinación de proteínas y fibra que contiene promueve una sensación de saciedad prolongada, ayudando a regular el apetito y prevenir el consumo excesivo de calorías.
mani-.webp
Esta legumbre se puede comer de muchas maneras.
Los expertos recomiendan un consumo diario moderado de aproximadamente 30 gramos, equivalente a un puñado. Para maximizar sus beneficios, sugieren optar por versiones sin sal ni azúcares añadidos. El maní puede consumirse de diversas formas: crudo, tostado o en mantequilla, siendo esta última una excelente opción para incorporarlo en batidos, tostadas o recetas saludables.
Los estudios más recientes confirman que, cuando se incluye como parte de una dieta equilibrada, el maní no solo no promueve el aumento de peso, sino que puede contribuir activamente a la regulación del metabolismo. Sus grasas saludables ayudan a mantener niveles adecuados de colesterol y azúcar en sangre, convirtiéndolo en un aliado ideal para una alimentación consciente y nutritiva.