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Mario Salcedo posando con la tripulación.
Salcedo sostiene que tiene su rutina diaria, su día transcurre entre paseos por la cubierta, copas de whisky, espectáculos nocturnos y su acercamiento con el mundo a través de internet o la televisión. "Vivir la vida en un crucero es básicamente escapar de la realidad: sales del mundo que conoces y dices, no quiero ser parte de ese mundo nunca más. Quiero crear mi propio mundo, mi propia realidad", comenta Mario sobre su experiencia viviendo en cruceros.
A diferencia de todos los pasajeros, el cubano tiene su rutina organizada, tiene una mesa de la cubierta que el mismo ha bautizado como la "oficina de Super Mario". Desde allí, administra sus inversiones con su ordenador portátil, por lo que financia su vida en cruceros. En lugar de camarotes de lujo, Salcedo opta por los que no tienen balón, ya que solo los utiliza para asearse y dormir. El resto del día prefiere socializar en el barco.
Mario en tierra firme
Pasar más de 20 años navegando los océanos en cruceros tiene sus consecuencias. Mario ha desarrollado un síndrome conocido como el mal de desembarque. "Es un trastorno poco común que afecta el sistema vestibular del oído y que se caracteriza por una sensación constante de movimiento, que se percibe como un balanceo, o como mecerse, y dar vueltas después", señala National Organization for Rare Disorders.
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El millonario Mario Salcedo padece enfermedad del desembarque. Camina en tierra firme con una sensación constante de balanceo.
En algunas entrevistas Mario explicó que se balancea tanto cuando se baja del crucero que no puede caminar el línea recta. Por esta razón, sus visitas en tierra firme son escasas, por razones puntuales como consultas médicas, trámites bancarios o comprobar su antiguo hogar que ahora es un vago recuerdo.